Liber VI, 98-109

Talibus ex adyto dictis Cumaea Sibylla
horrendas canit ambages antroque remugit,
obscuris uera inuoluens: ea frena furenti 100
concutit et stimulos sub pectore uertit Apollo.
Vt primum cessit furor et rabida ora quierunt,
incipit Aeneas heros: 'Non ulla laborum,
o uirgo, noua mi facies inopinaue surgit;
omnia praecepi atque animo mecum ante peregi. 105
Vnum oro: quando hic inferni ianua regis
dicitur et tenebrosa palus Acheronte refuso,
ire ad conspectum cari genitoris et ora
contingat; doceas iter et sacra ostia pandas.

Con tales palabras desde su santuario la Sibila de Cumas

canta horrendos enigmas y resuena en el antro,
envolviendo en tinieblas las verdades: sacude las riendas 100
a la que está enfurecida y clava aguijones bajo su pecho
Apolo.
Tan pronto como cesó el furor y calló la boca rabiosa,
empieza el héroe Eneas: «No surge para mí, oh virgen,
ninguna cara nueva
o inesperada de mis sufrimientos;
todo lo he previsto y en mi ánimo antes lo he preparado. 105
Sólo una cosa te pido: puesto que se dice que
aquí está la puerta del rey
infernal y la tenebrosa laguna donde vierte el Aqueronte,
ir ante la presencia de mi querido padre y tocar
su rostro; que
me muestres el camino y me abras las sagradas puertas.

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