Liber IV, 499-516

Haec effata silet, pallor simul occupat ora.
Non tamen Anna nouis praetexere funera sacris 500
germanam credit, nec tantos mente furores
concipit aut grauiora timet quam morte Sychaei.
Ergo iussa parat.
At regina, pyra penetrali in sede sub auras
erecta ingenti taedis atque ilice secta, 505
intenditque locum sertis et fronde coronat
funerea; super exuuias ensemque relictum
effigiemque toro locat haud ignara futuri.
Stant arae circum et crinis effusa sacerdos
ter centum tonat ore deos, Erebumque Chaosque 510
tergeminamque Hecaten, tria uirginis ora Dianae.
Sparserat et latices simulatos fontis Auerni,
falcibus et messae ad lunam quaeruntur aenis
pubentes herbae nigri cum lacte ueneni;
quaeritur et nascentis equi de fronte reuulsus 515
et matri praereptus amor.


Habiendo dicho estas cosas, calla, a la vez que la palidez ocupa su rostro.
Sin embargo,
Ana no piensa que, bajo ritos nuevos, funerales 500
su hermana oculta
, ni en su mente locuras tan grandes
concibe ni teme cosas más graves que la muerte de Siqueo.
Así pues, prepara las cosas ordenadas.
Pero la reina al fin, levantada una ingente pira al aire
en lugar apartado con teas y encina cortada, 505
adorna el lugar con guirnaldas y lo corona de fronda
funeral; encima, las prendas y la espada dejada
y una efigie en el lecho coloca no ignorante de su futuro.
Se levantan alrededor altares y la sacerdotisa con el cabello suelto,
invoca con voz de trueno a sus trescientos dioses, y a Érebo y Caos 510
y Hécate trigémina, los tres rostros de la virgen Diana.
Había esparcido líquidos simulados de la fuente del Averno,
y se buscan hierbas segadas con hoces de bronce
a la luz de la luna, cubiertas con leche de negro veneno;
se busca el filtro arrancado de la frente de un caballo recién nacido 515
y arrebatado a su madre.

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