Liber III, 320-343

Deiecit uultum et demissa uoce locuta est: 320
'O felix una ante alias Priameia uirgo,
hostilem ad tumulum Troiae sub moenibus altis
iussa mori, quae sortitus non pertulit ullos
nec uictoris heri tetigit captiua cubile!
Nos patria incensa diuersa per aequora uectae 325
stirpis Achilleae fastus iuuenemque superbum
seruitio enixae tulimus; qui deinde secutus
Ledaeam Hermionen Lacedaemoniosque hymenaeos
me famulo famulamque Heleno transmisit habendam.
Ast illum ereptae magno flammatus amore 330
coniugis et scelerum furiis agitatus Orestes
excipit incautum patriasque obtruncat ad aras.
Morte Neoptolemi regnorum reddita cessit
pars Heleno, qui Chaonios cognomine campos
Chaoniamque omnem Troiano a Chaone dixit, 335
Pergamaque Iliacamque iugis hanc addidit arcem.
Sed tibi qui cursum uenti, quae fata dedere?
Aut quisnam ignarum nostris deus appulit oris?
Quid puer Ascanius? Superatne et uescitur aura?
Quem tibi iam Troia— 340
Ecqua tamen puero est amissae cura parentis?
Ecquid in antiquam uirtutem animosque uirilis
et pater Aeneas et auunculus excitat Hector?'


Bajó el rostro y, en voz baja dijo: 320
“¡Oh, doncella
, hija de Príamo, más feliz que ninguna,
obligada a morir junto a un túmulo hostil bajo las altas
murallas de Troya, que no soportó sorteo alguno
ni tocó, cautiva, el lecho de un amo vencedor!
Nosotras, incendiada la patria, arrastradas por mares diversos, 325
la soberbia de la estirpe de Aquiles y a un joven soberbio
obligadas por la servidumbre soportamos; este, luego, persiguiendo

a la ledea Hermíone y unos himeneos lacedemonios,
me entregó como esclava que debía ser tenida por el esclavo Héleno.
Pero a aquél, inflamado por un gran amor a la esposa 330
arrebatada y agitado Orestes por las Furias de sus crímenes,
lo recibe incauto y lo degüella junto a los altares patrios.
Con la muerte de Neoptólemo la parte devuelta de sus reinos
pasó a Héleno, quien con el sobrenombre de caonios llamó a estos campos
y Caonia a todo por el
troyano Caón, 335
y una Pérgamo y esta fortaleza de Ilión añadió sobre estos collados.
Pero a ti, ¿qué rumbo te dieron los vientos y los hados?
o ¿qué dios te empujó, ignorante, hasta nuestras orillas?
¿Qué fue del niño Ascanio? ¿Vive y se alimenta del aura?
Ya Troya te lo ... 340
¿Tiene, sin embargo, el muchacho algún recuerdo de la madre perdida?
¿Al antiguo valor quizá y a viriles deseos
lo mueven su padre Eneas y su tío Héctor?”


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