Liber III, 24-36

Accessi uiridemque ab humo conuellere siluam
conatus, ramis tegerem ut frondentibus aras, 25
horrendum et dictu uideo mirabile monstrum.
Nam quae prima solo ruptis radicibus arbos
uellitur, huic atro liquuntur sanguine guttae
et terram tabo maculant. Mihi frigidus horror
membra quatit gelidusque coit formidine sanguis. 30
Rursus et alterius lentum conuellere uimen
insequor et causas penitus temptare latentis;
ater et alterius sequitur de cortice sanguis.
Multa mouens animo Nymphas uenerabar agrestis
Gradiuumque patrem, Geticis qui praesidet aruis, 35
rite secundarent uisus omenque leuarent.


Me acerqué y traté de arrancar del suelo verde
maleza, para cubrir con sus frondosas ramas los altares, 25
y veo un admirable prodigio horrendo de contar.
Pues en cuanto del suelo, cortadas sus raíces, el primer arbusto
es arrancado, a este se le licúan gotas de negra sangre
y la tierra con su peste manchan. Un frígido horror
me sacude los miembros y mi sangre gélida se me cuaja de miedo. 30
De nuevo trato de arrancar un flexible junco de otro
y de examinar en profundidad las causas latentes;
y negra sangre mana de la corteza del otro.
Moviendo muchas cosas en mi ánimo, veneraba a las Ninfas agrestes
y al padre Gradivo, el que vela por los campos de los getas, 35
según el rito, para que hicieran favorables estas visiones e hicieran leve este presagio.

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