Liber II, 735-749


Hic mihi nescio quod trepido male numen amicum 735
confusam eripuit mentem. Namque auia cursu
dum sequor et nota excedo regione uiarum,
heu misero coniunx fatone erepta Creusa
substitit, errauitne uia seu lapsa resedit,
incertum; nec post oculis est reddita nostris. 740
Nec prius amissam respexi animumue reflexi
quam tumulum antiquae Cereris sedemque sacratam
uenimus: hic demum collectis omnibus una
defuit, et comites natumque uirumque fefellit.
Quem non incusaui amens hominumque deorumque, 745
aut quid in euersa uidi crudelius urbe?
Ascanium Anchisenque patrem Teucrosque penatis
commendo sociis et curua ualle recondo;
ipse urbem repeto et cingor fulgentibus armis.

Entonces a mí, turbado, no sé qué numen poco amigo 735
me arrebató mi confundida mente. Pues mientras en mi carrera sitios
inaccesibles sigo y me aparto del límite conocido de las vías,
ay mísero, mi cónyuge Creúsa me fue arrebata, incierto si por su hado
se detuvo o si se equivocó de camino o si cansada se sentó;
y después no fue devuelta a nuestros ojos. 740
Y no me volví a mirar a la que se había perdido ni presté atención
antes de que al túmulo de la antigua Ceres y a su sede sagrada
llegamos: aquí, finalmente, reunidos todos, sólo ella
faltó y a sus compañeros y a su hijo y a su esposo pasó inadvertida.
¿A quién no acusé, enloquecido, de dioses y hombres, 745
o qué vi más cruel en la ciudad destruida?
A Ascanio y a mi padre Anquises y los Penates teucros
 
encomiendo a mis compañeros y los escondo en un hondo valle;
yo mismo me vuelvo a la ciudad y me ciño con mis fulgentes armas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario