Liber II, 634-649

Atque ubi iam patriae peruentum ad limina sedis
antiquasque domos, genitor, quem tollere in altos 635
optabam primum montis primumque petebam,
abnegat excisa uitam producere Troia
exsiliumque pati. 'Vos o, quibus integer aeui
sanguis,' ait, 'solidaeque suo stant robore uires,
uos agitate fugam. 640
Me si caelicolae uoluissent ducere uitam,
has mihi seruassent sedes. Satis una superque
uidimus excidia et captae superauimus urbi.
Sic o sic positum adfati discedite corpus.
Ipse manu mortem inueniam; miserebitur hostis 645
exuuiasque petet. Facilis iactura sepulcri.
Iam pridem inuisus diuis et inutilis annos
demoror, ex quo me diuum pater atque hominum rex
fulminis adflauit uentis et contigit igni.' 


Y cuando ya se llegó al umbral de la sede paterna
y a la antigua casa, mi padre, a quien llevarme el primero a los altos 635
montes deseaba y el primero buscaba,
se niega a alargar su vida, caída Troya,
y a soportar el exilio: "¡Oh vosotros, que tenéis íntegra la sangre
de la edad," dice, "y cuyas fuerzas permanecen solidas en su vigor,
vosotros emprended la huida! 640
Si los habitantes del cielo hubieran querido que yo conservase la vida,
me habrían salvado también estas sedes. Bastante y de sobra una vez
vimos su destrucción y escapamos a la ciudad
conquistada.
Así, oh así, marchaos despidiéndoos de mi cuerpo abandonado.
Yo mismo por mi mano la muerte
encontraré; se compadecerá el enemigo 645
y buscará mis despojos. Pérdida soportable la del sepulcro.
Ya hace tiempo odioso a los dioses e inútil los años
prolongo, desde que el padre de dioses y rey de hombres
me sopló con los vientos del rayo y me tocó con su fuego.” 

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