Liber II, 183-194

Hanc pro Palladio moniti, pro numine laeso
effigiem statuere, nefas quae triste piaret.
Hanc tamen immensam Calchas attollere molem 185
roboribus textis caeloque educere iussit,
ne recipi portis aut duci in moenia posset,
neu populum antiqua sub religione tueri.
Nam si uestra manus uiolasset dona Mineruae,
tum magnum exitium (quod di prius omen in ipsum 190
conuertant!) Priami imperio Phrygibusque futurum;
sin manibus uestris uestram ascendisset in urbem,
ultro Asiam magno Pelopea ad moenia bello
uenturam, et nostros ea fata manere nepotes.'

Aconsejados, en lugar de Paladión, en favor de la divinidad herida
levantaron esta efigie, que expiara el triste sacrilegio.
Sin embargo, Calcas ordenó levantar esta inmensa mole 185
con robles entretejidos y llevarla hasta el cielo,
para que no pudiera ser recibida por las puertas ni ser conducida dentro de la muralla,
ni vuestro pueblo fuera protegido por un antiguo culto.
Pues si vuestra mano hubiera violado los dones de Minerva,
entonces habría una gran perdición (¡ojalá los dioses devuelvan este presagio 190
antes contra él) para el poder de Príamo y los frigios;
si, por el contrario, por vuestras manos hubiera ascendido a la ciudad,
no sólo Asia llegaría con una gran guerra a las murallas del Peloponeso
sino que también este destino permanecería para nuestros nietos.”

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