Liber II, 122-131

Hic Ithacus uatem magno Calchanta tumultu
protrahit in medios; quae sint ea numina diuum
flagitat. Et mihi iam multi crudele canebant
artificis scelus, et taciti uentura uidebant. 125
Bis quinos silet ille dies tectusque recusat
prodere uoce sua quemquam aut opponere morti.
Vix tandem, magnis Ithaci clamoribus actus,
composito rumpit uocem et me destinat arae.
Adsensere omnes et, quae sibi quisque timebat, 130
unius in miseri exitium conuersa tulere.

Entonces, el de Ítaca al adivino Calcante con gran tumulto
hace salir al centro; cuáles son estas voluntades de los dioses
pide insistentemente. Y ya muchos cantaban para mí
el cruel crimen del artífice y, callados, veían las cosas que iban a venir. 125
Diez días guarda silencio aquel y, oculto, rechaza
con su voz proclamar a alguien o colocarlo ante la muerte.
Finalmente, obligado por los grandes clamores del de Ítaca,
apenas rompe su voz según lo acordado y me destina al altar.
Asintieron todos y, las cosas que cada uno para sí temía, 130
las llevaron de vuelta a la perdición de un único desgraciado.

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