AENEIDOS - LIBER V

 AENEIDOS - LIBER V


Después de partir de Cartago, y con tan funestos augurios, las naves son arrojadas de nuevo por una tempestad a las costas de Sicilia, sin poder alcanzar Italia. Les acoge amistosamente el rey Acestes, y celebra entonces Eneas sacrificios y juegos en el sepulcro de su padre. Comienzan con una competida regata; siguen carreras a pie, luchas con el cesto, pruebas de puntería con arco y terminan con unos ejercicios ecuestres en los que Ascanio dirige a los demás jóvenes troyanos. Las mujeres de Troya, preocupadas por su difícil situación y en vista de que no alcanzan el final del peligroso viaje, instigadas por Iris, mensajera de Juno, incendian la flota y consiguen destruir cuatro naves; Júpiter envía una lluvia milagrosa que impide la destrucción total. Anquises se aparece en sueños a su hijo y le aconseja que deje a parte de su gente en Sicilia y se dirija a Cumas, en Italia, donde debe conseguir la ayuda de la Sibila para bajar al Averno, a las moradas infernales de Dite. Obedece Eneas a su padre, y en el camino pierde a Palinuro, el piloto de su nave.


Interea medium Aeneas iam classe tenebat
certus iter fluctusque atros Aquilone secabat
moenia respiciens, quae iam infelicis Elissae
conlucent flammis. Quae tantum accenderit ignem
causa latet; duri magno sed amore dolores 5
polluto, notumque furens quid femina possit,
triste per augurium Teucrorum pectora ducunt.
Vt pelagus tenuere rates nec iam amplius ulla
occurrit tellus, maria undique et undique caelum,
olli caeruleus supra caput astitit imber 10
noctem hiememque ferens et inhorruit unda tenebris.


Entretanto, Eneas ya mantenía, decidido, con su flota el camino 
central y las olas negras del Aquilón cortaba,
volviéndose a mirar las murallas que ya resplandecen por las llamas
de la infeliz Elisa. Qué causa encendiera tan gran fuego
oculta queda; pero los duros dolores de un gran amor 5
mancillado y saber qué puede una mujer enfurecida
guían los pechos de los teucros a través de un triste presagio.
Cuando las naves ocuparon el piélago y ya ninguna tierra más
les sale al encuentro, mar por todos lados y por todos lados cielo,
una oscura nube se le paró sobre la cabeza 10
trayendo noche y tempestad y se estremeció el agua de tinieblas.


 Ipse gubernator puppi Palinurus ab alta:
'Heu quianam tanti cinxerunt aethera nimbi?
Quidue, pater Neptune, paras?' Sic deinde locutus
colligere arma iubet ualidisque incumbere remis, 15
obliquatque sinus in uentum ac talia fatur:
'Magnanime Aenea, non, si mihi Iuppiter auctor
spondeat, hoc sperem Italiam contingere caelo.
Mutati transuersa fremunt et uespere ab atro
consurgunt uenti, atque in nubem cogitur aer. 20
Nec nos obniti contra nec tendere tantum
sufficimus. Superat quoniam Fortuna, sequamur,
quoque uocat uertamus iter. Nec litora longe
fida reor fraterna Erycis portusque Sicanos,
si modo rite memor seruata remetior astra.' 25

El propio timonel, Palinuro, desde la alta popa:
«¡Ay!, ¿por qué nimbos tan grandes ciñeron el éter?
¿Qué
, padre Neptuno, nos preparas?» Habiendo hablado así, inmediatamente
ordena recoger las armas e inclinarse hacia adelante en los fuertes remos, 15
y tuerce la nave hacia el viento, y dice cosas de tal clase:
«Magnánimo Eneas, no, aunque Júpiter como fiador
me lo prometiera, esperaría tocar Italia con este cielo.
Cambiados, rugen los vientos de costado y se levantan
desde el negro véspero y el aire se condensa en una nube. 20
Y
nosotros no podemos luchar en su contra ni ofrecer
tan gran esfuerzo. Puesto que nos supera Fortuna, sigamos,
y
a donde nos llama dirijamos el camino. Y no creo lejos
los seguros litorales de tu hermano Érice y los puertos sicanos,
si, al menos, acordándome bien, vuelvo a medir los astros observados.» 25

Tum pius Aeneas: 'Equidem sic poscere uentos
iamdudum et frustra cerno te tendere contra.
Flecte uiam uelis. An sit mihi gratior ulla,
quoue magis fessas optem dimittere nauis,
quam quae Dardanium tellus mihi seruat Acesten 30
et patris Anchisae gremio complectitur ossa?'
Haec ubi dicta, petunt portus et uela secundi
intendunt Zephyri; fertur cita gurgite classis,
et tandem laeti notae aduertuntur harenae.

Entonces el pío Eneas: «Ciertamente así veo que lo piden los vientos
hace un rato y que en vano tú te esfuerzas en contra.
Cambia el camino con las velas. ¿Acaso hay para mí alguna más grata
o a donde más deseara llevar mis cansadas naves
que la tierra que guarda al dardanio Acestes 30
y abraza en su seno los huesos de mi padre Anquises?»
Cuando se han dicho estas cosas, se dirigen a los puertos y las velas
favorables Céfiros hinchan; es llevada rauda por el mar la flota,
y, por fin, alegres arriban a la conocida arena.

At procul ex celso miratus uertice montis 35
aduentum sociasque rates occurrit Acestes,
horridus in iaculis et pelle Libystidis ursae,
Troia Criniso conceptum flumine mater
quem genuit. Veterum non immemor ille parentum
gratatur reduces et gaza laetus agresti 40
excipit, ac fessos opibus solatur amicis. 
Y a lo lejos desde la elevada cumbre de un monte se asombró 35
de la llegada y corrió al encuentro de las naves amigas Acestes,
horrendo por sus jabalin
as y por la piel de una osa de Libia,
a quien, concebido por el río Criniso, una madre troyana
dio a luz. Sin olvidarse aquel de sus antiguos padres
se felicita por los que vuelven y con un agreste tesoro alegre 40
los recibe, y cansados los reconforta con recursos amigos.

Postera cum primo stellas Oriente fugarat
clara dies, socios in coetum litore ab omni
aduocat Aeneas tumulique ex aggere fatur:
'Dardanidae magni, genus alto a sanguine diuum, 45
annuus exactis completur mensibus orbis,
ex quo reliquias diuinique ossa parentis
condidimus terra maestasque sacrauimus aras;
iamque dies, nisi fallor, adest, quem semper acerbum,
semper honoratum (sic di uoluistis) habebo. 50
Hunc ego Gaetulis agerem si Syrtibus exsul,
Argolicoue mari deprensus et urbe Mycenae,
annua uota tamen sollemnisque ordine pompas
exsequerer strueremque suis altaria donis.

Tan pronto como había ahuyentado a las estrellas por el Oriente
el claro día siguiente, a los compañeros de toda la playa a una reunión
convoca Eneas y habla desde el terraplén de un túmulo:
«Grandes Dardánidas, linaje de la alta sangre de los dioses, 45
el círculo anual se completa  con sus meses cumplidos
desde que las reliquias y los huesos de mi divino padre
cubrimos con tierra y consagramos tristes altares;
y ya ha llegado el día, si no me equivoco, que siempre como penoso
y como honrado (así lo quisisteis, dioses) tendré.
50
Si este yo lo pasara en las Sirtes getulas exiliado,
o en el mar argólico atrapado o en la ciudad de Micenas,
con todo, votos anuales y solemnes pompas
, por orden,
le rendiría y colmaría sus altares de dones.

Nunc ultro ad cineres ipsius et ossa parentis 55
haud equidem sine mente, reor, sine numine diuum
adsumus et portus delati intramus amicos.
Ergo agite et laetum cuncti celebremus honorem:
poscamus uentos, atque haec me sacra quotannis
urbe uelit posita templis sibi ferre dicatis. 60
Bina boum uobis Troia generatus Acestes
dat numero capita in nauis; adhibete penatis
et patrios epulis et quos colit hospes Acestes.
Praeterea, si nona diem mortalibus almum
Aurora extulerit radiisque retexerit orbem, 65
prima citae Teucris ponam certamina classis;
quique pedum cursu ualet, et qui uiribus audax
aut iaculo incedit melior leuibusque sagittis,
seu crudo fidit pugnam committere caestu,
cuncti adsint meritaeque exspectent praemia palmae. 70
Ore fauete omnes et cingite tempora ramis.' 
Ahora, además, a las cenizas y huesos de mi propio padre 55
no ciertamente sin el pensamiento de los dioses, creo, ni sin su numen 
hemos llegado y, llevados, entramos a puertos amigos.
Así pues, vamos y celebremos todos este alegre honor:
pidamos vientos, y quiera que yo estos sacrificios todos los años
le lleve a los templos dedicados en la nueva ciudad. 60
Dos cabezas de bueyes Acestes, nacido de Troya, os 
da para las naves, según su número; e invitad a los Penates
patrios
al banquete y a los que venera el huésped Acestes.
Además, cuando la novena Aurora haya traído a los mortales
el nutricio día y haya descubierto el orbe con sus rayos, 65
dispondré un primer combate de la veloz flota para los teucros;
y el que es fuerte en la carrera a pie, y el que audaz por sus fuerzas
o lance mejor la jabalina y las rápidas flechas,
o confía en presentar batalla con el rudo cesto,
todos estén presentes y esperen los premios de la merecida palma. 70
Guardad todos silencio y ceñid con ramos vuestras sienes.»

Sic fatus uelat materna tempora myrto.
Hoc Helymus facit, hoc aeui maturus Acestes,
hoc puer Ascanius, sequitur quos cetera pubes.
Ille e concilio multis cum milibus ibat 75
ad tumulum magna medius comitante caterua.
Hic duo rite mero libans carchesia Baccho
fundit humi, duo lacte nouo, duo sanguine sacro,
purpureosque iacit flores ac talia fatur:
'Salue, sancte parens, iterum; saluete, recepti 80
nequiquam cineres animaeque umbraeque paternae.
Non licuit finis Italos fataliaque arua
nec tecum Ausonium, quicumque est, quaerere Thybrim.'
Hablando así cubre con el mirto materno sus sienes.
Esto hace Hélimo, esto Acestes
de edad madura,
esto el niño Ascanio, a los que sigue el resto de la juventud.
Aquel desde la asamblea con muchos miles iba 75
al túmulo en medio de una gran muchedumbre acompañante.
Aquí, libando según el rito, dos copas de Baco puro
derrama en la tierra, dos de leche nueva, dos de sangre consagrada,
y echa flores purpúreas y  dice cosas de tal clase:
«Salve, sagrado padre, otra vez; salve, cenizas en vano 80
recibidas y ánimas y sombras paternas.
No se me permitió buscar las fronteras ítalas ni los campos predestinados
ni
el ausonio Tiber contigo, dondequiera que esté

Dixerat haec, adytis cum lubricus anguis ab imis
septem ingens gyros, septena uolumina traxit 85
amplexus placide tumulum lapsusque per aras,
caeruleae cui terga notae maculosus et auro
squamam incendebat fulgor, ceu nubibus arcus
mille iacit uarios aduerso sole colores.
Obstipuit uisu Aeneas. Ille agmine longo 90
tandem inter pateras et leuia pocula serpens
libauitque dapes rursusque innoxius imo
successit tumulo et depasta altaria liquit.
Hoc magis inceptos genitori instaurat honores,
incertus geniumne loci famulumne parentis 95
esse putet; caedit binas de more bidentis
totque sues, totidem nigrantis terga iuuencos,
uinaque fundebat pateris animamque uocabat
Anchisae magni manisque Acheronte remissos.

Había dicho estas cosas, cuando una lúbrica serpiente del profundo santuario
arrastró, ingente, sus siete anillos, sus siete roscas, 85
abrazando plácidamente el túmulo y deslizándose por los altares,
con el lomo manchado de marcas azuladas y de oro
un fulgor encendía sus escamas, como el arco en las nubes
lanza contra el sol mil colores variados.
Quedó estupefacto Eneas ante la visión. Aquella en largo desfile 90
serpenteando, por fin, entre las páteras y los vasos bruñidos
libó las viandas y se retiró de nuevo sin daño a lo profundo
del túmulo y dejó los probados altares.
Por esto más reanuda los empezados honores a su padre,
poco seguro de si pensar en que fuera un genio del lugar o en un siervo 95
de su padre; mata según la costumbre dos ovejas
y otros tantos cerdos y los mismos novillos de negro lomo,
y vino derramaba en las páteras y el alma invocaba
de Anquises el grande y sus Manes devueltos del Aqueronte.

Nec non et socii, quae cuique est copia, laeti 100
dona ferunt, onerant aras mactantque iuuencos;
ordine aena locant alii fusique per herbam
subiciunt ueribus prunas et uiscera torrent.

Y también los compañeros, según los recursos que cada uno tiene, alegres 100
llevan sus dones, colman los altares y sacrifican novillos;
en orden calderos colocan otros y dispersos por la hierba
ponen brasas bajo los asadores y torran las vísceras.

Exspectata dies aderat nonamque serena
Auroram Phaethontis equi iam luce uehebant, 105

famaque finitimos et clari nomen Acestae

excierat; laeto complerant litora coetu

uisuri Aeneadas, pars et certare parati.

Munera principio ante oculos circoque locantur

in medio, sacri tripodes uiridesque coronae 110

et palmae pretium uictoribus, armaque et ostro

perfusae uestes, argenti aurique talenta;

et tuba commissos medio canit aggere ludos.


El esperado día estaba presente y la novena Aurora

los caballos de Faetonte traían ya con luz serena, 105

y la noticia y el nombre del ilustre Acestes a los vecinos

habían congregado; en alegre reunión habían llenado la playa

para ver a los Enéadas y otra parte dispuesta a competir.

Primero, los presente ante sus ojos y en medio de un círculo

se colocan, los trípodes sagrados y las verdes coronas 110

y las palmas, premio para los vencedores, y las armas y las ropas

teñidas de púpura, de plata y de oro talentos;

y canta la trompa desde un terraplén central el comienzo de los juegos.
 Prima pares ineunt grauibus certamina remis
quattuor ex omni delectae classe carinae. 115
Velocem Mnestheus agit acri remige Pristim,
mox Italus Mnestheus, genus a quo nomine Memmi,
ingentemque Gyas ingenti mole Chimaeram,
urbis opus, triplici pubes quam Dardana uersu
impellunt, terno consurgunt ordine remi; 120
Sergestusque, domus tenet a quo Sergia nomen,
Centauro inuehitur magna, Scyllaque Cloanthus
caerulea, genus unde tibi, Romane Cluenti.

P
ara el primer certamen avanzan pares cuatro naves
de pesados remos seleccionadas de toda la flota. 115
Mnesteo lleva con fieros remeros la veloz Pristis,
luego el Ítalo Mnesteo, de quien el nombre de la estirpe de Memmio;
y Gías la inmensa Quimera de ingente mole
como una ciudad, que en triple hilera la juventud dardania
impele, se alzan sus remos en tres filas; 120
y Sergesto, del que tiene su nombre la casa Sergia,
avanza en la gran Centauro y Cloanto en la Escila
cerúlea, de donde tu estirpe, romano Cluentio.
 Est procul in pelago saxum spumantia contra
litora, quod tumidis summersum tunditur olim 125
fluctibus, hiberni condunt ubi sidera Cauri;
tranquillo silet immotaque attollitur unda
campus et apricis statio gratissima mergis.
Hic uiridem Aeneas frondenti ex ilice metam
constituit signum nautis pater, unde reuerti 130
scirent et longos ubi circumflectere cursus.
Tum loca sorte legunt ipsique in puppibus auro
ductores longe effulgent ostroque decori;
cetera populea uelatur fronde iuuentus
nudatosque umeros oleo perfusa nitescit. 135
Considunt transtris, intentaque bracchia remis;
intenti exspectant signum, exsultantiaque haurit
corda pauor pulsans laudumque arrecta cupido.

Hay a lo lejos en el mar una roca frente a las espumantes

playas que, en otro tiempo, sumergida, era golpeada por olas 125
hinchadas, cuando los Cauros invernales ocultan los astros;
en la tranquilidad guarda silencio y sobre el agua inmóvil se levanta
como campo y residencia gratísimos para los somormujos, amantes del sol.
Aquí el padre Eneas una verde meta de frondoso arce
colocó como una señal para los marineros, de donde regresar 130
supieran y en torno a donde doblar sus largas travesías.
Entonces eligen los lugares por suerte y los propios capitanes
en sus popas brillan de lejos de oro y de púrpura adornados;
la restante juventud se cubre con hojas de chopo
y resplandece con los hombros desnudos untados de aceite. 135
Se sientan en los bancos y con los brazos atentos a los remos;
atentos esperan la señal y consume sus excitados
corazones un ansia pulsante y un vehemente deseo de alabanzas.
 Inde ubi clara dedit sonitum tuba, finibus omnes,
haud mora, prosiluere suis; ferit aethera clamor 140
nauticus, adductis spumant freta uersa lacertis.
Infindunt pariter sulcos, totumque dehiscit
conuulsum remis rostrisque tridentibus aequor.
Non tam praecipites biiugo certamine campum
corripuere ruuntque effusi carcere currus, 145
nec sic immissis aurigae undantia lora
concussere iugis pronique in uerbera pendent.
Tum plausu fremituque uirum studiisque fauentum
consonat omne nemus, uocemque inclusa uolutant
litora, pulsati colles clamore resultant. 150

Luego, cuando la ilustre tuba dio su sonido, todos de sus límites,
sin demora, saltaron de sus marcas; hiere el éter un clamor 140
marinero, las aguas hacen espuma revueltas por el batir de brazos.
Hienden a la vez los surcos, y todo entero se abre el mar
convulsionado por los remos y los espolones de tres puntas de las naves.
Ni tan precipitados en la carrera de bigas el campo
recorrieron ni se lanzaron los carros fuera de la barrera, 145
ni así hicieron restallar los aurigas las riendas ondeantes
sobre los veloces carros e inclinados hacia adelante los azotaron.
Entonces con el aplauso y los gritos de los hombres y los ánimos de los que animan
resuena todo el bosque y las playas recogidas
hacen volar la voz, las colinas, golpeadas por el clamor, retumban. 150
 Effugit ante alios primisque elabitur undis
turbam inter fremitumque Gyas; quem deinde Cloanthus
consequitur, melior remis, sed pondere pinus
tarda tenet. Post hos aequo discrimine Pristis
Centaurusque locum tendunt superare priorem; 155
et nunc Pristis habet, nunc uictam praeterit ingens
Centaurus, nunc una ambae iunctisque feruntur
frontibus et longa sulcant uada salsa carina.

Escapa antes que los demás y se desliza por las olas primeras

entre la turba y el clamor Gías; después Cloanto
le sigue, mejor con los remos, pero con su peso el lento pino
lo retiene. Tras estos, a igual distancia, la Pristis
y la Centauro disputan por ocupar el lugar primero; 155
y ahora lo tiene la Pristis, ahora vencida la sobrepasa la ingente
Centauro, ahora ambas a la vez avanzan con sus frentes
juntas y con larga quilla surcan el mar salado.

Iamque propinquabant scopulo metamque tenebant,
cum princeps medioque Gyas in gurgite uictor 160

rectorem nauis compellat uoce Menoeten:

'Quo tantum mihi dexter abis? Huc derige cursum;

litus ama et laeua stringat sine palmula cautes;

altum alii teneant.' dixit; sed caeca Menoetes

saxa timens proram pelagi detorquet ad undas. 165

'Quo diuersus abis?' iterum 'pete saxa, Menoete!'

Cum clamore Gyas reuocabat, et ecce Cloanthum

respicit instantem tergo et propiora tenentem.


Y ya se acercaban al peñasco y la meta tocaban,

cuando Gías, primero y vencedor en medio del mar 160

increpa con estas voces al timonel de su nave, Menetes:

«¿A dónde te me vas tan a la derecha? Vuelve aquí el rumbo;

ama la costa y permite que el remo roce las rocas por la izquierda;

que otros ocupen alta mar.» dijo; pero Menetes, temiendo

los ciegos escollos, tuerce la proa hacia las ondas del piélago. 165

«¿A dónde vas tan separado?», y de nuevo, «¡Busca las rocas, Menetes!»

Con gritos Gías le insistía, y he aquí que ve a Cloanto

acosándole por la espalda y situándose más cerca.
 Ille inter nauemque Gyae scopulosque sonantis
radit iter laeuum interior subitoque priorem 170
praeterit et metis tenet aequora tuta relictis.
Tum uero exarsit iuueni dolor ossibus ingens
nec lacrimis caruere genae, segnemque Menoeten
oblitus decorisque sui sociumque salutis
in mare praecipitem puppi deturbat ab alta; 175
ipse gubernaclo rector subit, ipse magister
hortaturque uiros clauumque ad litora torquet.
At grauis ut fundo uix tandem redditus imo est
iam senior madidaque fluens in ueste Menoetes
summa petit scopuli siccaque in rupe resedit. 180
Illum et labentem Teucri et risere natantem
et salsos rident reuomentem pectore fluctus.

Aquel entre la nave de Gías y los escollos resonantes

costea el camino izquierdo por dentro y súbitamente al primero 170
pasa y, dejada atrás la meta, ocupa aguas tranquilas.
Entonces, en verdad, un ingente dolor surgió en los huesos del joven
y carecieron de lágrimas sus mejillas, y al cobarde Menetes,
olvidándose de su propio decoro y de la seguridad de sus compañeros,
lo arroja al mar de cabeza desde la alta popa; 175
él mismo se pone como rector de la dirección, él mismo como piloto
exhorta a sus hombres y dirige el timón hacia la costa.
Por su lado, Menetes cuando apenas logró salir de la profunda hondura,
pesado y ya anciano y chorreando con la ropa empapada,
busca lo alto del escollo y se sienta en una roca seca. 180
De él cayendo y nadando se rieron los teucros,
y se ríen al vomitar de su pecho agua salada.


Hic laeta extremis spes est accensa duobus,
Sergesto Mnestheique, Gyan superare morantem.
Sergestus capit ante locum scopuloque propinquat, 185
nec tota tamen ille prior praeeunte carina;
parte prior, partim rostro premit aemula Pristis.
At media socios incedens naue per ipsos
hortatur Mnestheus: 'Nunc, nunc insurgite remis,
Hectorei socii, Troiae quos sorte suprema 190
delegi comites; nunc illas promite uiris,
nunc animos, quibus in Gaetulis Syrtibus usi
Ionioque mari Maleaeque sequacibus undis.
Non iam prima peto Mnestheus neque uincere certo
(quamquam o!—sed superent quibus hoc, Neptune, dedisti); 195
extremos pudeat rediisse: hoc uincite, ciues,
et prohibete nefas.' Olli certamine summo
procumbunt: uastis tremit ictibus aerea puppis
subtrahiturque solum, tum creber anhelitus artus
aridaque ora quatit, sudor fluit undique riuis. 200

Entonces una alegre esperanza se encendió para los dos últimos,

Sergesto y Mnesteo, de superar a Gías que se retrasaba.
Sergesto toma lugar delante y se acerca al peñasco, 185
y, con todo, aquel está primero no aventajándole ni una nave entera;
en parte primero, en parte lo acosa con su proa la rival Pristis.
Y moviéndose en medio de la nave entre sus propios compañeros
los anima Mnesteo: «Ahora, alzaos ahora sobre los remos,
hectóreos compañeros, a quienes elegí como compañeros en la suerte 190
suprema de Troya; sacad ahora aquellas fuerzas,
ahora aquellos ánimos que usasteis en las Sirtes getulas
y en el mar Jonio y en las ávidas aguas del Malea.
No busco yo, Mnesteo, ya el primer lugar ni lucho por vencer
(aunque... ¡oh! Pero que ganen esto aquellos a los que se lo concediste, Neptuno); 195
que nos avergüence llegar los últimos: venced en esto, ciudadanos,
y evitad esta deshonra.» Ellos en un esfuerzo sumo
se doblan: tiembla con vastos golpes la popa de bronce
y la superficie se retira, entonces un fuerte anhelo sacude
sus miembros y las áridas bocas, el sudor corre a ríos por todos. 200


Attulit ipse uiris optatum casus honorem:
namque furens animi dum proram ad saxa suburget
interior spatioque subit Sergestus iniquo,
infelix saxis in procurrentibus haesit.
Concussae cautes et acuto in murice remi 205
obnixi crepuere inlisaque prora pependit.
Consurgunt nautae et magno clamore morantur
ferratasque trudes et acuta cuspide contos
expediunt fractosque legunt in gurgite remos.
At laetus Mnestheus successuque acrior ipso 210
agmine remorum celeri uentisque uocatis
prona petit maria et pelago decurrit aperto.

El propio azar llevó a los hombres el deseado honor:

pues mientras, enfureciéndose en su ánimo, su proa a las rocas acerca
y se mete por el interior en una zona estrecha Sergesto,
encalló el infeliz en las rocas que sobresalían.
Fueron golpeadas las rocas y en un agudo escollo los remos 205
chocados crujieron y destrozada quedó la proa colgando.
Se levantan los marineros y se detienen con gran clamor
y las lanzas de hierro y los garfios de aguda punta
toman y recogen en el agua los remos rotos.
En cambio, Mnesteo, alegre y enardecido por este mismo suceso, 210
con la veloz línea de sus remos y los vientos invocados
busca favorables aguas y corre a mar abierto.


Attulit ipse uiris optatum casus honorem:
namque furens animi dum proram ad saxa suburget
interior spatioque subit Sergestus iniquo,
infelix saxis in procurrentibus haesit.
Concussae cautes et acuto in murice remi 205
obnixi crepuere inlisaque prora pependit.
Consurgunt nautae et magno clamore morantur
ferratasque trudes et acuta cuspide contos
expediunt fractosque legunt in gurgite remos.
At laetus Mnestheus successuque acrior ipso 210
agmine remorum celeri uentisque uocatis
prona petit maria et pelago decurrit aperto.

El propio azar llevó a los hombres el deseado honor:

pues mientras, enfureciéndose en su ánimo, su proa a las rocas acerca
y se mete por el interior en una zona estrecha Sergesto,
encalló el infeliz en las rocas que sobresalían.
Fueron golpeadas las rocas y en un agudo escollo los remos 205
chocados crujieron y destrozada quedó la proa colgando.
Se levantan los marineros y se detienen con gran clamor
y las lanzas de hierro y los garfios de aguda punta
toman y recogen en el agua los remos rotos.
En cambio, Mnesteo, alegre y enardecido por este mismo suceso, 210
con la veloz línea de sus remos y los vientos invocados
busca favorables aguas y corre a mar abierto.


Qualis spelunca subito commota columba,
cui domus et dulces latebroso in pumice nidi,

fertur in arua uolans plausumque exterrita pennis 215

dat tecto ingentem, mox aere lapsa quieto

radit iter liquidum celeris neque commouet alas:

Sic Mnestheus, sic ipsa fuga secat ultima Pristis

aequora, sic illam fert impetus ipse uolantem.

Et primum in scopulo luctantem deserit alto 220

Sergestum breuibusque uadis frustraque uocantem

auxilia et fractis discentem currere remis.


Cual paloma arrojada súbitamente de una cueva,

que le sirve de casa y dulce nido en la oscura roca agujereada,

se lanza volando a los campos y aterrorizada con las plumas 215

da en el techo un ingente aleteo, luego deslizándose por el aire quieto

traza un claro camino y no mueve sus veloces alas:

así Mnesteo, así la misma Pristis surca en su última huida

los mares, así su propio impulso la lleva volando.

Y primero deja luchando con el alto peñasco 220

a Sergesto y con los breves vados y en vano pidiendo

auxilio y aprendiendo a correr con los remos rotos.
 Inde Gyan ipsamque ingenti mole Chimaeram
consequitur; cedit, quoniam spoliata magistro est.
Solus iamque ipso superest in fine Cloanthus, 225
quem petit et summis adnixus uiribus urget.
Tum uero ingeminat clamor cunctique sequentem
instigant studiis, resonatque fragoribus aether.
Hi proprium decus et partum indignantur honorem
ni teneant, uitamque uolunt pro laude pacisci; 230
hos successus alit: possunt, quia posse uidentur.

Luego a Gías y a la propia Quimera de ingente mole

alcanza; cede, porque fue despojada de timonel.
Y ya sólo queda Cloanto justo en el mismo final, 225
al que busca y apremia esforzándose con sumas fuerzas.
Entonces, verdaderamente, redobla el clamor y todos al que persigue
instigan con sus ánimos, y resuena con los ruidos el éter.
Unos se irritan por si una proeza propia y un honor adquirido
no alcanzan, y quieren comprometer su vida a cambio de la gloria; 230
a otros el éxito los alimenta: pueden porque creen que pueden.


Et fors aequatis cepissent praemia rostris,
ni palmas ponto tendens utrasque Cloanthus
fudissetque preces diuosque in uota uocasset:
'Di, quibus imperium est pelagi, quorum aequora curro, 235
uobis laetus ego hoc candentem in litore taurum
constituam ante aras uoti reus, extaque salsos
proiciam in fluctus et uina liquentia fundam.'
Dixit, eumque imis sub fluctibus audiit omnis
Nereidum Phorcique chorus Panopeaque uirgo, 240
et pater ipse manu magna Portunus euntem
impulit: illa Noto citius uolucrique sagitta
ad terram fugit et portu se condidit alto.

Y tal vez habrían conseguido los premios con naves igualadas,
si tendiendo al ponto ambas palmas Cloanto
no hubiera vertido sus oraciones e invocado con votos a los dioses:
«Dioses, que tenéis el poder del mar, cuyas aguas recorro, 235
alegre os ofreceré yo un toro blanco en esta playa
ante los altares, obligado por un voto, y sus entrañas
arrojaré a las olas saladas y verteré líquidos vinos.»
Dijo, y bajo las olas profundas lo escuchó
todo el coro de las Nereidas y de Forco y la virgen Panopea, 240
y el propio padre Portuno lo impulsó con su gran mano
en su marcha: aquella, más rauda que el Noto y que la veloz saeta
escapó hacia tierra y se metió en el puerto profundo.

Tum satus Anchisa cunctis ex more uocatis
uictorem magna praeconis uoce Cloanthum 245
declarat uiridique aduelat tempora lauro,
muneraque in nauis ternos optare iuuencos
uinaque et argenti magnum dat ferre talentum.
Ipsis praecipuos ductoribus addit honores:
uictori chlamydem auratam, quam plurima circum 250
purpura maeandro duplici Meliboea cucurrit,
intextusque puer frondosa regius Ida
uelocis iaculo ceruos cursuque fatigat
acer, anhelanti similis, quem praepes ab Ida
sublimem pedibus rapuit Iouis armiger uncis; 255
longaeui palmas nequiquam ad sidera tendunt
custodes, saeuitque canum latratus in auras.

Entonces el hijo de Anquises, convocados todos según la costumbre,
declara
a Cloanto vencedor con la gran voz de un heraldo 245
y con verde laurel cubre sus sienes,
y deja que elija como regalos
tres terneros
y que lleven vinos y un gran talento de plata
a las naves.
Honores especiales añade para los propios capitanes:
al vencedor una clámide de oro, a la que recorre 250
en doble meandro muchísima púrpura melibea,
y, bordado, el
muchacho regio del frondoso ida
fatiga,
fiero, a los veloces ciervos con su jabalina y su carrera,
como jadeando, al que el alado escudero
de Júpiter se llevó a lo alto desde el Ida en sus curvas garras; 255
los ancianos guardianes tienden en vano sus palmas
a los astros y se ensaña con el aire el ladrido de los perros.

At qui deinde locum tenuit uirtute secundum,
leuibus huic hamis consertam auroque trilicem
loricam, quam Demoleo detraxerat ipse 260
uictor apud rapidum Simoenta sub Ilio alto,
donat habere, uiro decus et tutamen in armis.
Vix illam famuli Phegeus Sagarisque ferebant
multiplicem conixi umeris; indutus at olim
Demoleos cursu palantis Troas agebat. 265
Tertia dona facit geminos ex aere lebetas
cymbiaque argento perfecta atque aspera signis.

Y el que por su valor ocupó después el segundo lugar,
a este una loriga tejida de mallas ligeras y triple hilo
de oro, que él mismo, vencedor, había arrancado a Demóleo 260
junto al rápido Simunte al pie de la alta Ilión,
se la da para que la tenga, honra en un guerrero y defensa en las armas.
Apenas la podían llevar, de tantos pliegues, los esclavos Fégeo y Ságaris

sobre sus hombros
; en cambio, vistiéndola en otro tiempo,
Demóleo perseguía a la carrera a los dispersos troyanos. 265
Como terceros premios entrega dos calderos de bronce
y copas terminadas en plata y ásperas de relieves.
 Iamque adeo donati omnes opibusque superbi
puniceis ibant euincti tempora taenis,
cum saeuo e scopulo multa uix arte reuulsus 270
amissis remis atque ordine debilis uno
inrisam sine honore ratem Sergestus agebat.
Qualis saepe uiae deprensus in aggere serpens,
aerea quem obliquum rota transiit aut grauis ictu
seminecem liquit saxo lacerumque uiator; 275
nequiquam longos fugiens dat corpore tortus
parte ferox ardensque oculis et sibila colla
arduus attollens; pars uulnere clauda retentat
nexantem nodis seque in sua membra plicantem:
tali remigio nauis se tarda mouebat; 280
uela facit tamen et uelis subit ostia plenis.

Y ya todos con sus regalos y orgullosos por sus premios

se marchaban con las sienes ceñidas de purpúreas cintas,
cuando, escapado apenas con mucha habilidad del cruel escollo, 270
perdidos los remos, y debilitado con una fila sola,
impulsaba sin honor Sergesto su nave, objeto de burlas.
Cual, muchas veces, una serpiente sorprendida en el terraplén de un camino,
a la que una rueda de bronce atravesó por la mitad o con un golpe de piedra
un cruel caminante dejó medio muerta y aplastada; 275
en vano huyendo largas vueltas da con su cuerpo,
en parte feroz y ardiente en sus ojos y alzando en alto
su cuello sibilante; la parte mutilada por la herida la retiene
esforzándose sobre los nudos y se pliega sobre sus propios miembros:
con tales remos se movía lenta la nave; 280
sin embargo, da velas y con las velas llenas entra al puerto.


Sergestum Aeneas promisso munere donat
seruatam ob nauem laetus sociosque reductos.
Olli serua datur operum haud ignara Mineruae,
Cressa genus, Pholoe, geminique sub ubere nati. 285
Hoc pius Aeneas misso certamine tendit
gramineum in campum, quem collibus undique curuis
cingebant siluae, mediaque in ualle theatri
circus erat; quo se multis cum milibus heros
consessu medium tulit exstructoque resedit. 290

Eneas obsequia a Sergesto con el regalo prometido,

alegre por la nave salvada y los compañeros traídos de vuelta.
A él se le entrega una esclava no desconocedora de los trabajos de Minerva,
de estirpe cretense, Fóloe, con dos gemelos bajo su pecho. 285
Terminada esta carrera, el pío Eneas se dirige
a un prado herboso, que por todos lados ceñían bosques
de curvos collados, y era como un anfiteatro
en medio del valle; allí se encaminó el héroe con muchos
millares y en alto se sentó en el centro de la reunión. 290


Hic, qui forte uelint rapido contendere cursu,
inuitat pretiis animos, et praemia ponit.
Vndique conueniunt Teucri mixtique Sicani,
Nisus et Euryalus primi,
Euryalus forma insignis uiridique iuuenta, 295
Nisus amore pio pueri; quos deinde secutus
regius egregia Priami de stirpe Diores;
hunc Salius simul et Patron, quorum alter Acarnan,
alter ab Arcadio Tegeaeae sanguine gentis;
tum duo Trinacrii iuuenes, Helymus Panopesque 300
adsueti siluis, comites senioris Acestae;
multi praeterea, quos fama obscura recondit.

Entonces, a quienes, quizás, quieran competir en una rápida carrera,

los ánimos estimula con regalos y fija los premios.
De todas partes llegan los teucros y, mezclados con ellos, los sicanos,
Niso y Euríalo los primeros,
Euríalo insigne por su belleza y lozana juventud, 295
Niso con su piadoso amor al muchacho; los sigue luego
el regio Diores de la egregia estirpe de Príamo;
a este, Salio y Patrón a la vez, de los que uno acarnanio,
el otro de la sangre arcadia del pueblo tegeo;
también dos jóvenes trinacrios, Hélimo y Pánopes, 300
acostumbrados a los bosques, compañeros del anciano Acestes;
además, muchos, a quienes esconde una fama oscura.


Aeneas quibus in mediis sic deinde locutus:
'Accipite haec animis laetasque aduertite mentes.
Nemo ex hoc numero mihi non donatus abibit. 305
Cnosia bina dabo leuato lucida ferro
spicula caelatamque argento ferre bipennem;
omnibus hic erit unus honos. Tres praemia primi
accipient flauaque caput nectentur oliua.
Primus equum phaleris insignem uictor habeto; 310
alter Amazoniam pharetram plenamque sagittis
Threiciis, lato quam circum amplectitur auro
balteus et tereti subnectit fibula gemma;
tertius Argolica hac galea contentus abito.'

Eneas en medio de todos ellos así habló luego:

"Recibid esto en vuestros corazones y prestadme atención gozosa.
Nadie de este grupo se marchará sin que lo premie. 305
Daré de hierro bruñido dos lucientes dardos
cnosios y un hacha doble cincelada en plata;
este honor será único para todos. Premios los tres primeros
recibirán y ceñirán su cabeza con rubio olivo.
El vencedor primero tenga un caballo distinguido por sus jaeces; 310
el segundo un carcaj de las Amazonas y llena de dardos
tracios, que cuelga de una correa con ancha banda
de oro y anuda una fíbula de piedras preciosas;
el tercero vaya contento con este yelmo de Argos."

 Haec ubi dicta, locum capiunt signoque repente 315
corripiunt spatia audito limenque relinquunt,
effusi nimbo similes. Simul ultima signant,
primus abit longeque ante omnia corpora Nisus
emicat et uentis et fulminis ocior alis;
proximus huic, longo sed proximus interuallo, 320
insequitur Salius; spatio post deinde relicto
tertius Euryalus;
Euryalumque Helymus sequitur; quo deinde sub ipso
ecce uolat calcemque terit iam calce Diores
incumbens umero, spatia et si plura supersint 325
transeat elapsus prior ambiguumque relinquat.
Iamque fere spatio extremo fessique sub ipsam
finem aduentabant, leui cum sanguine Nisus
labitur infelix, caesis ut forte iuuencis
fusus humum uiridisque super madefecerat herbas. 330

Luego que se dijeron estas cosas, ocupan su lugar y, oída de repente 315

la señal, devoran el espacio y dejan la salida,
desparramándose semejantes a nimbos. A la vez divisan la meta,
marcha primero Niso y con mucho sobre los otros cuerpos
destaca más rápido que los vientos y las alas del rayo;
próximo a este, pero próximo a un largo intervalo, 320
le sigue Salio; después, dejado un espacio detrás,
el tercero Euríalo;
y a Euríalo lo sigue Hélimo; luego, detrás de este mismo,
he aquí que vuela Diores y ya le va pisando los talones
empujándole con el hombro, y si hubiera más distancia 325
se escaparía deslizándose primero y lo dejaría inseguro.
Y ya casi en el tramo final y cansados se aproximaban
a la propia meta, cuando el desgraciado Niso resbala
en una poca sangre que, inmolados unos novillos, por casualidad
había caído al suelo y empapado las verdes hierbas por encima. 330



Hic iuuenis iam uictor ouans uestigia presso
haud tenuit titubata solo, sed pronus in ipso
concidit immundoque fimo sacroque cruore.
Non tamen Euryali, non ille oblitus amorum:
nam sese opposuit Salio per lubrica surgens; 335
ille autem spissa iacuit reuolutus harena,
emicat Euryalus et munere uictor amici
prima tenet, plausuque uolat fremituque secundo.
Post Helymus subit et nunc tertia palma Diores.
Hic totum caueae consessum ingentis et ora 340
prima patrum magnis Salius clamoribus implet,
ereptumque dolo reddi sibi poscit honorem.
Tutatur fauor Euryalum lacrimaeque decorae,
gratior et pulchro ueniens in corpore uirtus.
Adiuuat et magna proclamat uoce Diores, 345
qui subiit palmae frustraque ad praemia uenit
ultima, si primi Salio reddentur honores.

Aquí el joven, ya vencedor orgulloso, no dominó sus pasos

titubeantes al pisar sobre el suelo sino que cayó de cabeza
en él y en el inmundo cieno y en la sangre sagrada.
Sin embargo, no se olvidó aquel de Euríalo, no de sus amores:
pues se puso frente a Salio levantándose del resbaladizo lugar; 335
aquel, en efecto, cayó dando vueltas en la espesa arena,
se escapa Euríalo y victorioso por el favor del amigo
ocupa el primer puesto, y vuela entre el aplauso y los gritos de apoyo.
Luego llega Hélimo y la palma tercera es ya de Diores.
Entonces todo el círculo de la enorme cávea y los rostros 340
primeros de los padres Salio llena con grandes clamores,
y pide que se le devuelva el honor arrebatado con engaño.
Protege a Euríalo el favor y las hermosas lágrimas,
y el valor que se manifiesta más grato en un bello cuerpo.
Le ayuda y lo proclama con gran voz Diores, 345
que alcanzó su palma y en vano llegó al último
premio si los primeros honores se dieran a Salio.


Tum pater Aeneas 'Vestra' inquit 'munera uobis
certa manent, pueri, et palmam mouet ordine nemo;
me liceat casus miserari insontis amici.' 350
Sic fatus tergum Gaetuli immane leonis
dat Salio uillis onerosum atque unguibus aureis.
Hic Nisus 'Si tanta' inquit 'sunt praemia uictis,
et te lapsorum miseret, quae munera Niso
digna dabis, primam merui qui laude coronam 355
ni me, quae Salium, fortuna inimica tulisset?'
Et simul his dictis faciem ostentabat et udo
turpia membra fimo. Risit pater optimus olli
et clipeum efferri iussit, Didymaonis artes,
Neptuni sacro Danais de poste refixum. 360
Hoc iuuenem egregium praestanti munere donat.

Entonces el padre Eneas: «Vuestros regalos -dice- para vosotros

quedan decididos, muchachos, y nadie cambia la palma de orden;
mas permítaseme compadecerme de la desgracia del amigo inocente.» 350
Hablando así, la piel enorme de un león gétulo
da a Salio, cargada de pelo y con las uñas áureas.
Entonces Niso: «Si premios tan grandes -dice- hay para los vencidos,
y pena te dan los caídos, ¿qué regalos a Niso
dignos darás, que merecí por mérito la primera corona 355
si no me hubiera tocado la misma enemiga fortuna que a Salio?»
Y junto con estas palabras su rostro mostraba y sus miembros
manchados del húmedo cieno. Le sonrió el óptimo padre
y mandó que se trajera un escudo, arte de Didimaon,
quitado a los dánaos del sagrado dintel de Neptuno. 360
Con este excelente regalo premia al egregio joven.


Post, ubi confecti cursus et dona peregit,
'Nunc, si cui uirtus animusque in pectore praesens,
adsit et euinctis attollat bracchia palmis',
sic ait, et geminum pugnae proponit honorem: 365
uictori uelatum auro uittisque iuuencum,
ensem atque insignem galeam solacia uicto.
Nec mora; continuo uastis cum uiribus effert
ora Dares magnoque uirum se murmure tollit,
solus qui Paridem solitus contendere contra, 370
idemque ad tumulum quo maximus occubat Hector
uictorem Buten immani corpore, qui se
Bebrycia ueniens Amyci de gente ferebat,
perculit et fulua moribundum extendit harena.
Talis prima Dares caput altum in proelia tollit, 375
ostenditque umeros latos alternaque iactat
bracchia protendens et uerberat ictibus auras.

Después, cuando acabaron las carreras y entregó los premios,

«Ahora, si alguien presente tiene valor y ánimo en su pecho,
preséntese y levante sus brazos con las palmas ceñidas»,
así dice, y propone un doble honor para la lucha: 365
al vencedor un novillo cubierto de oro y de cintas,
una espada y un hermoso yelmo como consolación para el vencido.
No hay demora; seguidamente con vastas fuerzas presenta
su rostro Dares y se levanta entre el gran griterío de los hombres,
el único que solía luchar contra Paris 370
y, junto al mismo túmulo en el que duerme el grandísimo Héctor,
al victorioso Butes de enorme cuerpo, que presumía
de venir del pueblo bebricio de Amico,
golpeó y lo tumbó moribundo en la rubia arena.
Así Dares levanta su altiva cabeza para el combate primero 375
y muestra sus anchos hombros y lanza adelante
alternativamente los brazos y azota las brisas con sus golpes.


Quaeritur huic alius; nec quisquam ex agmine tanto
audet adire uirum manibusque inducere caestus.
Ergo alacris cunctosque putans excedere palma 380
Aeneae stetit ante pedes, nec plura moratus
tum laeua taurum cornu tenet atque ita fatur:
'Nate dea, si nemo audet se credere pugnae,
quae finis standi? quo me decet usque teneri?
Ducere dona iube.' Cuncti simul ore fremebant 385
Dardanidae reddique uiro promissa iubebant.
Hic grauis Entellum dictis castigat Acestes,
proximus ut uiridante toro consederat herbae:
'Entelle, heroum quondam fortissime frustra,
tantane tam patiens nullo certamine tolli 390
dona sines? Vbi nunc nobis deus ille, magister
nequiquam memoratus, Eryx? Vbi fama per omnem
Trinacriam et spolia illa tuis pendentia tectis?'
Ille sub haec: 'Non laudis amor nec gloria cessit
pulsa metu; sed enim gelidus tardante senecta 395
sanguis hebet, frigentque effetae in corpore uires.
Si mihi quae quondam fuerat quaque improbus iste
exsultat fidens, si nunc foret illa iuuentas,
haud equidem pretio inductus pulchroque iuuenco
uenissem, nec dona moror.' Sic deinde locutus 400
in medium geminos immani pondere caestus
proiecit, quibus acer Eryx in proelia suetus
ferre manum duroque intendere bracchia tergo.

Se le busca alguien; y nadie de un ejército tan grande

se atreve a atacar a este hombre y enfundarse los cestos en las manos.
Así pues, orgulloso y pensando que todos renunciaban a la palma 380
se plantó ante los pies de Eneas y sin detenerse mucho
coge el toro por un cuerno con la izquierda, y así dice:
«Nacido de diosa, si nadie osa acudir a la lucha,
¿cuánto debo esperar? ¿Hasta cuándo conviene que me detenga?
Ordena que traigan los premios.» A la vez gritaban todos 385
los Dardánidas y pedían que se le entregase al héroe lo prometido.
Entonces Acestes, severo, azuza con sus palabras a Entelo,
según estaba sentado a su lado en el verde lecho de hierba:
«Entelo, en vano un día el más fuerte de los héroes,
¿permitirás pacientemente que se lleven presentes tan grandes 390
sin ninguna batalla? ¿Dónde está ahora aquel dios nuestro,
maestro en vano celebrado, Érice? ¿Dónde la fama por toda
la Trinacria y aquellos despojos colgantes de tu techo?»
Y él a estas cosas: «No me dejó el deseo de alabanza ni la gloria
vencidos por el miedo; pero, en efecto, la gélida sangre me entorpece 395
con la pesada vejez, y se enfrían en mi cuerpo las fuerzas extremas.
Si yo tuviera aquella juventud que en otro tiempo había tenido y
de la que presume confiado este malvado, si ahora tuviera aquella juventud,
en verdad no me presentaría yo animado por el premio
ni el hermoso novillo, no me detengo en los regalos.» Habiendo hablado así, 400
al centro dos cestos iguales de enorme peso
arrojó, con los que el fiero Érice solía en la lucha
lanzar sus manos y revestir sus brazos de duro cuero.


Obstipuere animi: tantorum ingentia septem
terga boum plumbo insuto ferroque rigebant. 405
Ante omnis stupet ipse Dares longeque recusat,
magnanimusque Anchisiades et pondus et ipsa
huc illuc uinclorum immensa uolumina uersat.
Tum senior talis referebat pectore uoces:
'Quid, si quis caestus ipsius et Herculis arma 410
uidisset tristemque hoc ipso in litore pugnam?
Haec germanus Eryx quondam tuus arma gerebat
(sanguine cernis adhuc sparsoque infecta cerebro),
his magnum Alciden contra stetit, his ego suetus,
dum melior uiris sanguis dabat, aemula necdum 415
temporibus geminis canebat sparsa senectus.
Sed si nostra Dares haec Troius arma recusat
idque pio sedet Aeneae, probat auctor Acestes,
aequemus pugnas. Erycis tibi terga remitto
(solue metus), et tu Troianos exue caestus.' 420

Quedaron estupefactos los corazones: las pieles ingentes de siete

bueyes bien grandes estaban rígidas por el plomo y el hierro cosido. 405
Queda estupefacto más que nadie el propio Dares y mucho retrocede,
y el magnánimo hijo de Anquises da vueltas
por aquí por allí al peso y las inmensas lazadas de las correas.
Entonces el anciano sacaba tales palabras de su pecho:
«¿Y qué, si alguno hubiera visto los cestos y las armas del propio 410
Hércules y su triste lucha en esta misma playa?
En otro tiempo tu hermano Érice llevaba estas armas
(las ves aún manchadas de sangre y de sesos esparcidos),
con ellas se enfrentó al gran Alcides, estas usaba yo
mientras una sangre mejor fuerzas me daba y aún no llenaba 415
de canas mis sienes gemelas la vejez envidiosa.
Pero si el troyano Dares rehúsa estas armas nuestras
y así lo decide el piadoso Eneas y lo aprueba el instigador Acestes,
igualemos la lucha. De las pieles de Érice te libero
(no temas), y quítate tú esos cestos troyanos.» 420


Haec fatus duplicem ex umeris reiecit amictum
et magnos membrorum artus, magna ossa lacertosque
exuit atque ingens media consistit harena.
Tum satus Anchisa caestus pater extulit aequos
et paribus palmas amborum innexuit armis. 425
Constitit in digitos extemplo arrectus uterque
bracchiaque ad superas interritus extulit auras.
Abduxere retro longe capita ardua ab ictu
immiscentque manus manibus pugnamque lacessunt,
ille pedum melior motu fretusque iuuenta, 430
hic membris et mole ualens; sed tarda trementi
genua labant, uastos quatit aeger anhelitus artus.
Multa uiri nequiquam inter se uulnera iactant,
multa cauo lateri ingeminant et pectore uastos
dant sonitus, erratque auris et tempora circum 435
crebra manus, duro crepitant sub uulnere malae.
Stat grauis Entellus nisuque immotus eodem
corpore tela modo atque oculis uigilantibus exit.

Habiendo dicho esto se quitó el manto doble de sus hombros

y las grandes articulaciones de sus miembros, los grandes huesos y los brazos
desnudó e ingente se plantó en el centro de la arena.
Entonces el padre de la sangre de Anquises trajo cestos iguales
y revistió de armas pares las palmas de ambos. 425
Los dos se alzaron inmediatamente sobre la punta de los pies
e impávidos levantaron los brazos a las auras superiores.
Las cabezas, en alto, las echaron atrás, lejos del golpe,
y entrelazan manos con manos y provocan la lucha,
aquel mejor con el movimiento de pies y en su juventud confiado, 430
este poderoso de miembros y talla; pero tiembla y le fallan
las torpes rodillas, un profundo jadeo sacude sus vastas articulaciones.
Muchos golpes se lanzan en vano los hombres entre sí,
muchos se aplican al cavo costado y en su pecho retumban
vastos sonidos, y en torno a las orejas y las sienes 435
vaga la mano constante, crujen las mandíbulas por el duro golpe.
Firme se queda plantado Entelo y con esfuerzo, inmóvil,
esquiva los golpes sólo con el cuerpo y con ojos vigilantes.


Ille, uelut celsam oppugnat qui molibus urbem
aut montana sedet circum castella sub armis, 440
nunc hos, nunc illos aditus, omnemque pererrat
arte locum et uariis adsultibus inritus urget.
Ostendit dextram insurgens Entellus et alte
extulit, ille ictum uenientem a uertice uelox
praeuidit celerique elapsus corpore cessit; 445
Entellus uiris in uentum effudit et ultro
ipse grauis grauiterque ad terram pondere uasto
concidit, ut quondam caua concidit aut Erymantho
aut Ida in magna radicibus eruta pinus.
Consurgunt studiis Teucri et Trinacria pubes; 450
it clamor caelo primusque accurrit Acestes
aequaeuumque ab humo miserans attollit amicum.
At non tardatus casu neque territus heros
acrior ad pugnam redit ac uim suscitat ira;
tum pudor incendit uiris et conscia uirtus, 455
praecipitemque Daren ardens agit aequore toto
nunc dextra ingeminans ictus, nunc ille sinistra.

El otro, como quien ataca una ciudad elevada con máquinas de guerra

o acampa en armas alrededor de las fortalezas de los montes, 440
ahora estas entradas, ahora aquellas y todo el lugar explora
con habilidad y con asaltos variados la ataca en vano.
Mostró Entelo su diestra alzándose y la levantó
en alto, el otro previó veloz el golpe que le venía
de arriba y se retiró escapando con ágil cuerpo; 445
Entelo disipó sus fuerzas al viento y él solo
con su peso enorme cayó pesado a tierra
y pesadamente, como cuando alguna vez cayó en el Erimanto
o en el grande Ida un cavo pino arrancado de sus raíces.
Se levantan por su favorito los teucros y la juventud trinacria; 450
va al cielo el clamor y acude corriendo Acestes el primero
y al amigo de su edad levanta, compadeciéndose, del suelo.
Pero, ni entorpecido por la caída ni asustado, el héroe
vuelve más fiero a la lucha y saca fuerza de su ira;
entonces el pudor enciende sus fuerzas y un valor consciente, 455
y ardiente persigue al lanzado Dares por toda la llanura
redoblando aquel los golpes ahora con su diestra, ahora con su izquierda.


Nec mora nec requies: quam multa grandine nimbi
culminibus crepitant, sic densis ictibus heros
creber utraque manu pulsat uersatque Dareta. 460
Tum pater Aeneas procedere longius iras
et saeuire animis Entellum haud passus acerbis,
sed finem imposuit pugnae fessumque Dareta
eripuit mulcens dictis ac talia fatur:
'Infelix, quae tanta animum dementia cepit? 465
Non uiris alias conuersaque numina sentis?
Cede deo.' dixitque et proelia uoce diremit.
Ast illum fidi aequales genua aegra trahentem
iactantemque utroque caput crassumque cruorem
ore eiectantem mixtosque in sanguine dentes 470
ducunt ad nauis; galeamque ensemque uocati
accipiunt, palmam Entello taurumque relinquunt.
Hic uictor superans animis tauroque superbus
'Nate dea, uosque haec' inquit 'cognoscite, Teucri,
et mihi quae fuerint iuuenali in corpore uires 475
et qua seruetis reuocatum a morte Dareta.'

No hay demora ni descanso: como repican los nimbos con mucho granizo

sobre los tejados, así el héroe con repetidos golpes
frecuentemente pega con una y otra mano y acosa a Dares. 460
Entonces el padre Eneas no consintió que fueran las iras
más allá ni que Entelo se ensañase con ánimo acerbo,
sino que puso fin a la lucha y al exhausto Dares
rescató consolándolo con sus palabras y le dice tales cosas:
«Infeliz, ¿qué locura tan grande cogió tu pecho? 465
¿No sientes otras fuerzas ni los númenes adversos?
Cede al dios.» Dijo, y con su voz terminó la lucha.
Y así, fieles compañeros a aquel que arrastraba sus rodillas heridas
y movía la cabeza a un lado y a otro y arrojaba por la boca densa sangre
y dientes mezclados con la sangre, 470
lo llevan a las naves; llamados reciben el yelmo y la espada
y dejan la palma y el toro para Entelo.
Este, vencedor, con ánimo crecido y soberbio por el toro:
«Nacido de diosa -dice- y vosotros teucros, aprended estas cosas,
qué fuerzas tuve en mi cuerpo de joven 475
y de qué muerte salvado conserváis a Dares.»


Dixit, et aduersi contra stetit ora iuuenci
qui donum astabat pugnae, durosque reducta
librauit dextra media inter cornua caestus
arduus, effractoque inlisit in ossa cerebro: 480
sternitur exanimisque tremens procumbit humi bos.
Ille super talis effundit pectore uoces:
'Hanc tibi, Eryx, meliorem animam pro morte Daretis
persoluo; hic uictor caestus artemque repono.'
Protinus Aeneas celeri certare sagitta 485
inuitat qui forte uelint et praemia dicit,
ingentique manu malum de naue Seresti
erigit et uolucrem traiecto in fune columbam,
quo tendant ferrum, malo suspendit ab alto.
Conuenere uiri deiectamque aerea sortem 490
accepit galea, et primus clamore secundo
Hyrtacidae ante omnis exit locus Hippocoontis;
quem modo nauali Mnestheus certamine uictor
consequitur, uiridi Mnestheus euinctus oliua.
Tertius Eurytion, tuus, o clarissime, frater, 495
Pandare, qui quondam iussus confundere foedus
in medios telum torsisti primus Achiuos.
Extremus galeaque ima subsedit Acestes,
ausus et ipse manu iuuenum temptare laborem.

Dijo, y se detuvo frente a la cara del novillo

que estaba presente como premio de la lucha, y los duros cestos
dejó caer, llevada hacia atrás su diestra, en medio de los cuernos
altivo, y chocó contra los huesos, roto el cerebro: 480
se derrumba y temblando exánime cae a tierra el novillo.
Él, además, saca de su pecho palabras de esta clase:
«Érice, te entrego esta vida mejor a cambio de la muerte
de Dares; aquí, vencedor, depongo mis cestos y mi arte.»
Inmediatamente Eneas invita a competir con la veloz saeta 485
a quienes así quisieran y dice los premios,
y el mástil de la nave de Seresto con mano poderosa
levanta y una paloma voladora atada a una cuerda,
a donde apunten el dardo, cuelga del alto mástil.
Llegaron los hombres y recibió la suerte echada 490
un yelmo de bronce y entre gritos de ánimo primero
sale, antes que todos, el turno del Hirtácida Hipocoonte;
A este, Mnesteo, vencedor hace poco en el certamen naval,
le sigue, Mnesteo ceñido de verde olivo.
El tercero, Euritión, tu hermano, oh Pándaro 495
ilustrísimo, que cuando se ordenó romper el pacto
lanzaste el primero tu dardo en medio de los aqueos.
El último y en el fondo del yelmo se queda Acestes,
atreviéndose incluso él mismo a probar con su mano una actividad de jóvenes.


Tum ualidis flexos incuruant uiribus arcus 500
pro se quisque uiri et depromunt tela pharetris,
primaque per caelum neruo stridente sagitta
Hyrtacidae iuuenis uolucris diuerberat auras,
et uenit aduersique infigitur arbore mali.
Intremuit malus micuitque exterrita pennis 505
ales, et ingenti sonuerunt omnia plausu.
Post acer Mnestheus adducto constitit arcu
alta petens, pariterque oculos telumque tetendit.
Ast ipsam miserandus auem contingere ferro
non ualuit; nodos et uincula linea rupit 510
quis innexa pedem malo pendebat ab alto;
illa Notos atque atra uolans in nubila fugit.
Tum rapidus, iamdudum arcu contenta parato
tela tenens, fratrem Eurytion in uota uocauit,
iam uacuo laetam caelo speculatus et alis 515
plaudentem nigra figit sub nube columbam.
Decidit exanimis uitamque reliquit in astris
aetheriis fixamque refert delapsa sagittam.

Entonces los hombres con fuerzas poderosas curvan los doblados arcos 500

cada uno por sí mismo y sacan los dardos de las aljabas,
y, vibrando la cuerda, por el cielo la primera flecha
del joven Hirtácida azota las auras voladora,
y llega y se clava en el árbol del mástil que estaba enfrente.
Tembló el mástil y asustada se agitó con sus alas 505
el ave, y todo resonó con ingente aplauso.
Después, el fiero Mnesteo se plantó, tensado el arco,
apuntando hacia arriba, y a la vez lanzó el ojo y la flecha.
Pero, pobre de él, no pudo alcanzar al ave misma
con su flecha; rompió los nudos y las cuerdas de lino 510
con las que estaba colgada por una pata de lo alto del mástil;
aquella volando escapa a los Notos y a las negras nubes.
Entonces, preparado el arco hace ya tiempo, teniendo
la flecha retenida, Euritión, rápido, invocó con votos a su hermano,
avistándola ya alegre en el cielo libre y agitando 515
sus alas, atraviesa a la paloma bajo una negra nube.
Cayó exánime y dejó la vida entre los astros
etéreos y devuelve, abatida, la flecha clavada.


Amissa solus palma superabat Acestes,
qui tamen aerias telum contendit in auras 520
ostentans artemque pater arcumque sonantem.
Hic oculis subitum obicitur magnoque futurum
augurio monstrum; docuit post exitus ingens
seraque terrifici cecinerunt omina uates.
Namque uolans liquidis in nubibus arsit harundo 525
signauitque uiam flammis tenuisque recessit
consumpta in uentos, caelo ceu saepe refixa
transcurrunt crinemque uolantia sidera ducunt.
Attonitis haesere animis superosque precati
Trinacrii Teucrique uiri, nec maximus omen 530
abnuit Aeneas, sed laetum amplexus Acesten
muneribus cumulat magnis ac talia fatur:
'Sume, pater, nam te uoluit rex magnus Olympi
talibus auspiciis exsortem ducere honores.
Ipsius Anchisae longaeui hoc munus habebis, 535
cratera impressum signis, quem Thracius olim
Anchisae genitori in magno munere Cisseus
ferre sui dederat monimentum et pignus amoris.'

Perdida la palma, sólo quedaba Acestes,

que, sin embargo, lanzó su dardo a las brisas aéreas, 520
exhibiendo el padre su arte y el arco sonoro.
Entonces un prodigio súbito y que sería de gran augurio
se ofrece a los ojos; lo mostró después un ingente suceso
y los vates terribles cantaron presagios tardíos.
Pues volando en las líquidas nubes ardió la caña 525
y señaló un camino con llamas y desapareció consumida
en los tenues vientos, como a menudo arrancadas del cielo
pasan corriendo y arrastran su cola las estrellas voladoras.
Con espíritus atónitos quedaron teucros y trinacrios
e invocando a los dioses de lo alto y Eneas el más grande 530
no rechaza el presagio, sino que abrazando al feliz Acestes
lo colma de grandes regalos, y así le dice:
«Toma, padre, pues quiso el gran rey del Olimpo que por tales
auspicios honores recibieras fuera de sorteo.
Este regalo tendrás del propio longevo Anquises, 535
una crátera llena de figuras que un día el tracio
Ciseo por un gran servicio había dado
a mi padre Anquises como recuerdo y prenda de su amor.»


Sic fatus cingit uiridanti tempora lauro
et primum ante omnis uictorem appellat Acesten. 540
Nec bonus Eurytion praelato inuidit honori,
quamuis solus auem caelo deiecit ab alto.
Proximus ingreditur donis qui uincula rupit,
extremus uolucri qui fixit harundine malum.
At pater Aeneas nondum certamine misso 545
custodem ad sese comitemque impubis Iuli
Epytiden uocat, et fidam sic fatur ad aurem:
'Vade age et Ascanio, si iam puerile paratum
agmen habet secum cursusque instruxit equorum,
ducat auo turmas et sese ostendat in armis 550
dic' ait. Ipse omnem longo decedere circo
infusum populum et campos iubet esse patentis.

Habiendo hablado así, ciñe sus sienes con laurel verdeante

y antes que a todos declara primero a Acestes vencedor. 540
Y no lo ve mal el buen Euritión, aunque se le ha quitado el honor,
aunque sólo él derribó al ave del alto cielo.
Segundo avanza a sus regalos el que rompió las cuerdas,
por último el que clavó el mástil con la caña voladora.
Pero el padre Eneas, no terminado todavía el certamen, 545
llama ante sí a Epítides, custodio y compañero del impúber julo,
y así dice a los leales oídos:
«Ea, ve y di a Ascanio, si ya tiene consigo dispuesto el pueril escuadrón
y preparó la carrera de caballos,
que guíe su tropa en honor del abuelo y se muestre en armas», 550
dice. Él mismo ordena a toda el pueblo disperso
que se retiren de la larga pista y que los campos estén libres.


Incedunt pueri pariterque ante ora parentum
frenatis lucent in equis, quos omnis euntis
Trinacriae mirata fremit Troiaeque iuuentus. 555
Omnibus in morem tonsa coma pressa corona;
cornea bina ferunt praefixa hastilia ferro,
pars leuis umero pharetras; it pectore summo
flexilis obtorti per collum circulus auri.
Tres equitum numero turmae ternique uagantur 560
ductores; pueri bis seni quemque secuti
agmine partito fulgent paribusque magistris.
Vna acies iuuenum, ducit quam paruus ouantem
nomen aui referens Priamus, tua clara, Polite,
progenies, auctura Italos; quem Thracius albis 565
portat equus bicolor maculis, uestigia primi
alba pedis frontemque ostentans arduus albam.

Avanzan los muchachos y en línea ante los rostros de sus padres

lucen en los frenados caballos, a los cuales, mientras desfilan,
admirada, grita toda la juventud de Trinacria y de Troya. 555
Según la costumbre, todos tienen el cabello ceñido con pelada corona;
llevan dos flechas de cornejo con hierro en la punta,
una parte ligeras aljabas al hombro; cae sobre su pecho
flexible círculo de oro retorcido que ciñe su cuello.
Caracolean tres escuadrones de jinetes y sus tres 560
capitanes; siguiendo a cada uno doce muchachos
en formación separada y con maestros de su misma edad relucen.
Una es la fila de jóvenes que, triunfante, conduce el pequeño Príamo quien toma el nombre de su abuelo, tu ilustre prole, Polites,
que aumentará los ítalos; a este un caballo bicolor tracio 565

con manchas blancas lo lleva, que tiene blancas las patas
sobre los cascos y enseña altivo su blanca frente.


Alter Atys, genus unde Atii duxere Latini,
paruus Atys pueroque puer dilectus Iulo.
Extremus formaque ante omnis pulcher Iulus 570
Sidonio est inuectus equo, quem candida Dido
esse sui dederat monimentum et pignus amoris.
Cetera Trinacriis pubes senioris Acestae
fertur equis.
Excipiunt plausu pauidos gaudentque tuentes 575
Dardanidae, ueterumque agnoscunt ora parentum.
Postquam omnem laeti consessum oculosque suorum
lustrauere in equis, signum clamore paratis
Epytides longe dedit insonuitque flagello.
Olli discurrere pares atque agmina terni 580
diductis soluere choris, rursusque uocati
conuertere uias infestaque tela tulere.

El segundo es Atis, de donde su linaje sacaron los Atios latinos,

el pequeño Atis y muchacho querido del muchacho Julo.
El último y más hermoso que todos por su belleza, Julo 570
montado en un caballo sidonio que la deslumbrante Dido
le había entregado como recuerdo suyo y prenda de su amor.
La restante juventud es llevada por caballos trinacrios
del anciano Acestes.
Los reciben con aplausos y se gozan viéndolos asustados 575
los Dardánidas, y reconocen los rasgos de sus antiguos padres.
Después que recorrieron alegres toda la pista y los ojos
de los suyos sobre los caballos, Epítides dio la señal
a lo lejos con un grito e hizo restallar su látigo.
Ellos avanzaron pares y formando grupos de tres en tres 580
rompieron la formación, y llamados de nuevo
invirtieron la marcha y blandieron los dardos enhiestos.


Inde alios ineunt cursus aliosque recursus
aduersi spatiis, alternosque orbibus orbis
impediunt pugnaeque cient simulacra sub armis; 585
et nunc terga fuga nudant, nunc spicula uertunt
infensi, facta pariter nunc pace feruntur.
Vt quondam Creta fertur Labyrinthus in alta
parietibus textum caecis iter ancipitemque
mille uiis habuisse dolum, qua signa sequendi 590
frangeret indeprensus et inremeabilis error;
haud alio Teucrum nati uestigia cursu
impediunt texuntque fugas et proelia ludo,
delphinum similes qui per maria umida nando
Carpathium Libycumque secant. 595
Hunc morem cursus atque haec certamina primus
Ascanius, Longam muris cum cingeret Albam,
rettulit et priscos docuit celebrare Latinos,
quo puer ipse modo, secum quo Troia pubes;
Albani docuere suos; hinc maxima porro 600
accepit Roma et patrium seruauit honorem;
Troiaque nunc pueri, Troianum dicitur agmen.
Hac celebrata tenus sancto certamina patri.

Luego realizan otros avances y retrocesos

poniéndose enfrente en los sitios y oponen círculos alternos
a círculos y emprenden simulacros de lucha bajo las armas, 585
y ya desnudan sus espaldas en la huida, ya vuelven flechas
amenazantes, ya, hecha la paz, cabalgan en línea.
Como cuentan que en otro tiempo en la alta Creta el Laberinto
tuvo un recorrido tejido de paredes ciegas y una engañosa
trampa de mil caminos por donde las señales de seguir 590
rompía un errar desconocido y sin retorno;
no con marcha distinta los hijos de los teucros enlazan
sus pasos y tejen fugas y batallas con el juego,
similares a delfines que nadando por los húmedos mares
surcan el Carpacio y el Libico. 595
Este tipo de carrera y estos combates retomó el primero
Ascanio cuando ciñó con muros Alba Longa,
y enseñó a celebrarlos a los antiguos latinos,
del modo que él mismo lo hacía de muchacho y con él la juventud troyana;
los albanos los enseñaron a los suyos; de aquí Roma la grande 600
los recibió más adelante y conservó el honor de los padres;
y ahora a los muchachos Troya y al escuadrón troyano se les llama.
Hasta aquí se celebraron los juegos por el padre santo.

 Hinc primum Fortuna fidem mutata nouauit.
Dum uariis tumulo referunt sollemnia ludis, 605
Irim de caelo misit Saturnia Iuno
Iliacam ad classem uentosque aspirat eunti,
multa mouens necdum antiquum saturata dolorem.
Illa uiam celerans per mille coloribus arcum
nulli uisa cito decurrit tramite uirgo. 610
Conspicit ingentem concursum et litora lustrat
desertosque uidet portus classemque relictam.
At procul in sola secretae Troades acta
amissum Anchisen flebant, cunctaeque profundum
pontum aspectabant flentes. Heu tot uada fessis 615
et tantum superesse maris, uox omnibus una;
urbem orant, taedet pelagi perferre laborem.

Luego, por vez primera, la variable Fortuna cambió su fidelidad.

Mientras llevan a cabo actos solemnes en el túmulo con juegos variados, 605
Juno Saturnia envió a Iris desde el cielo
a la flota de Ilión y vientos insufla a la que parte,
tramando muchas cosas, no saciada aún con el dolor antiguo.
Ella apresurando su camino por el arco de mil colores
baja corriendo como una doncella sin que nadie la vea con rápido vuelo. 610
Contempla la ingente reunión y el litoral recorre
y ve los puertos desiertos y la flota abandonada.
A lo lejos, en una solitaria playa, las troyanas ocultas
lloraban la pérdida de Anquises y todas el profundo
mar miraban llorando. Tantas olas, ¡ay!, y tan grandes 615
mares les quedaban, cansadas como estaban, era el único comentario de todas;

piden una ciudad, odian soportar el sufrimiento del mar.



Ergo inter medias sese haud ignara nocendi
conicit et faciemque deae uestemque reponit;
fit Beroe, Tmarii coniunx longaeua Dorycli, 620
cui genus et quondam nomen natique fuissent,
ac sic Dardanidum mediam se matribus infert.
'O miserae, quas non manus' inquit 'Achaica bello
traxerit ad letum patriae sub moenibus! O gens
infelix, cui te exitio Fortuna reseruat? 625
Septima post Troiae excidium iam uertitur aestas,
cum freta, cum terras omnis, tot inhospita saxa
sideraque emensae ferimur, dum per mare magnum
Italiam sequimur fugientem et uoluimur undis.

Así pues, en medio de ellas se lanza no desconocedora de cómo hacer daño

y deja el aspecto y el vestido de diosa;
se hace Béroe, longeva cónyuge del tmario Doriclo, 620
que en otro tiempo tuvo estirpe, nombre e hijos,
y así se coloca en medio de las madres de los Dardánidas.
«¡Oh míseras,» dice «a las que la tropa aquea no arrastró
a la muerte en la guerra bajo las murallas de la patria! ¡Oh, pueblo
infeliz!, ¿Para qué destrucción te reserva Fortuna? 625
Ya transcurre el séptimo verano desde la caída de Troya,
en que los mares, en que las tierras todas, tantos inhóspitos peñascos
y los astros andamos recorriendo, mientras por el gran mar
perseguimos una Italia que huye y somos llevadas de un lado a otro por las olas.


Hic Erycis fines fraterni atque hospes Acestes: 630
quis prohibet muros iacere et dare ciuibus urbem?
O patria et rapti nequiquam ex hoste penates,
nullane iam Troiae dicentur moenia? Nusquam
Hectoreos amnis, Xanthum et Simoenta, uidebo?
Quin agite et mecum infaustas exurite puppis. 635
Nam mihi Cassandrae per somnum uatis imago
ardentis dare uisa faces: "Hic quaerite Troiam;
hic domus est" inquit "uobis." Iam tempus agi res,
nec tantis mora prodigiis. En quattuor arae
Neptuno; deus ipse faces animumque ministrat.' 640

Aquí las fronteras de su hermano Erice y el huésped Acestes: 630

¿quién nos impide construir muros y dar una ciudad a ciudadanos?
¡Oh patria y Penates arrebatados en vano del enemigo!,
¿ningunas murallas ya serán llamadas de Troya? ¿En ningún sitio
veré los ríos de Héctor, el Janto y el Simunte?
Ea pues, venid conmigo y quemad las infaustas popas. 635
Pues a mí en un sueño la imagen de la vidente Casandra
pareció que me daba teas ardientes: «Buscad aquí Troya;
aquí está vuestra casa», me dijo. «Ya es hora de actuar,
y demora no cabe ante prodigios tan grandes. ¡Mirad, cuatro aras
de Neptuno! El propio dios nos suministra teas y ánimo.» 640


Haec memorans prima infensum ui corripit ignem
sublataque procul dextra conixa coruscat
et iacit. Arrectae mentes stupefactaque corda
Iliadum. Hic una e multis, quae maxima natu,
Pyrgo, tot Priami natorum regia nutrix: 645
'Non Beroe uobis, non haec Rhoeteia, matres,
est Dorycli coniunx; diuini signa decoris
ardentisque notate oculos, qui spiritus illi,
qui uultus uocisque sonus uel gressus eunti.
Ipsa egomet dudum Beroen digressa reliqui 650
aegram, indignantem tali quod sola careret
munere nec meritos Anchisae inferret honores.'
Haec effata.

Mientras recuerda estas cosas, agarra la primera con fuerza una llama amenazante

y la hace brillar blandiéndola con la diestra levantada
y la lanza lejos. Se animaron sus mentes y quedaron atónitos los corazones
de las troyanas
. Entonces una de la multitud, que era la mayor por nacimiento,

Pirgo, real nodriza de tantos hijos de Príamo: 645
«No está Béroe ante vosotras, no es ésta la retea, madres,
esposa de Doriclo; las señales de una divina belleza
notad y los ojos ardientes, qué aliento tiene,
qué rostro y qué sonido de voz y qué pasos al andar.
Yo misma hace un tiempo, cuando me vine, dejé a Béroe 650
enferma, enojada por ser la única en faltar
a una ofrenda tal y no llevar a Anquises los merecidos honores.»
Estas cosas dijo.


At matres primo ancipites oculisque malignis
ambiguae spectare rates miserum inter amorem 655
praesentis terrae fatisque uocantia regna,
cum dea se paribus per caelum sustulit alis
ingentemque fuga secuit sub nubibus arcum.
Tum uero attonitae monstris actaeque furore
conclamant, rapiuntque focis penetralibus ignem, 660
pars spoliant aras, frondem ac uirgulta facesque
coniciunt. Furit immissis Volcanus habenis
transtra per et remos et pictas abiete puppis.

Mas las madres, en un principio, dudosas e indecisas miraban ya

las naves con ojos malignos entre un amor desgraciado 655
por la tierra presente y los reinos que las llamaban por los Hados,
cuando la diosa se alzó por el cielo en sus alas iguales
y trazó en su huida un arco ingente bajo las nubes.
Entonces verdaderamente atónitas por el prodigio y llevadas por el furor
se ponen a gritar y roban el fuego de los hogares secretos, 660
otras despojan las aras, hojas y ramas y teas
arrojan. Se enfurece Vulcano, soltadas sus riendas,
por los bancos y los remos y las pintadas popas de abeto.


Nuntius Anchisae ad tumulum cuneosque theatri
incensas perfert nauis Eumelus, et ipsi 665
respiciunt atram in nimbo uolitare fauillam.
Primus et Ascanius, cursus ut laetus equestris
ducebat, sic acer equo turbata petiuit
castra, nec exanimes possunt retinere magistri.
'Quis furor iste nouus? Quo nunc, quo tenditis' inquit 670
'Heu miserae ciues? Non hostem inimicaque castra
Argiuum, uestras spes uritis. En, ego uester
Ascanius!'—Galeam ante pedes proiecit inanem,
qua ludo indutus belli simulacra ciebat.
Accelerat simul Aeneas, simul agmina Teucrum. 675
Ast illae diuersa metu per litora passim
diffugiunt, siluasque et sicubi concaua furtim
saxa petunt; piget incepti lucisque, suosque
mutatae agnoscunt excussaque pectore Iuno est.

Como un mensajero, al túmulo de Anquises y a las gradas del teatro

lleva que las naves han sido incendiadas Eumelo, y ellos mismos 665
ven detrás la negra ceniza revolotear en una nube.
Y Ascanio el primero, como estaba haciendo alegre la ecuestre
carrera, así se dirigió decidido con su caballo al agitado
campamento y sus maestros sin fuerzas no pueden retenerle.
«¿Qué es esa nueva locura? ¿Y ahora, qué pretendéis» dice 670
«¡Ay!, míseras ciudadanas? Ni estáis quemando al enemigo ni el campamento
enemigo de los argivos, vuestras esperanzas estáis quemando. ¡Eh, soy yo,
vuestro Ascanio!» Arrojó ante sus pies el yelmo vacío,
con el que cubierto andaba jugando a simulacros de guerra.
Se apresura a la vez Eneas, a la vez la tropa de los teucros. 675
Mas aquellas por todas partes huyen de miedo por playas
diversas, y se dirigen a las selvas a escondidas y las cóncavas rocas
por donde pueden; se avergüenzan de su acción y de la luz y vueltas
en sí reconocen a los suyos y de su pecho Juno fue echada.


Sed non idcirco flamma atque incendia uiris 680
indomitas posuere; udo sub robore uiuit
stuppa uomens tardum fumum, lentusque carinas
est uapor et toto descendit corpore pestis,
nec uires heroum infusaque flumina prosunt.
Tum pius Aeneas umeris abscindere uestem 685
auxilioque uocare deos et tendere palmas:
'Iuppiter omnipotens, si nondum exosus ad unum
Troianos, si quid pietas antiqua labores
respicit humanos, da flammam euadere classi
nunc, pater, et tenuis Teucrum res eripe leto. 690
Vel tu, quod superest, infesto fulmine morti,
si mereor, demitte tuaque hic obrue dextra.'
Vix haec ediderat cum effusis imbribus atra
tempestas sine more furit tonitruque tremescunt
ardua terrarum et campi; ruit aethere toto 695
turbidus imber aqua densisque nigerrimus Austris,
implenturque super puppes, semusta madescunt
robora, restinctus donec uapor omnis et omnes
quattuor amissis seruatae a peste carinae.

Pero no por eso las llamas y los incendios sus fuerzas 680

indómitas depusieron; bajo el húmedo roble vive
la estopa vomitando tardo humo y un vapor lento
devora las naves y desciende la peste por todo el cuerpo,
y no valen las fuerzas de los héroes ni los ríos derramados.
Entonces el pío Eneas se arranca el vestido de sus hombros 685
e invoca a los dioses para que le ayuden y tiende sus palmas:
«Júpiter omnipotente, si aún no odias a los troyanos
hasta el último, si todavía la antigua piedad contempla algo
los sufrimientos humanos, permite que las llamas se vayan de la flota
ahora, padre, y arrebata a la muerte los frágiles restos de los teucros. 690
O envía tú a la muerte con el rayo enemigo lo que nos queda,
si lo merezco, y aplástanos aquí con tu propia diestra.»
Apenas había dicho estas cosas cuando, comenzadas las lluvias, una negra
tempestad nunca vista se desata y tiemblan con el trueno
las zonas elevadas de las tierras y del campo; cae de todo el éter 695
una turbulenta lluvia de agua y negrísima de los densos Austros,
y se llenan hasta arriba las naves y medio quemados se empapan
los robles, hasta que se apagó todo el vapor y todos
los barcos, perdidos cuatro, se salvaron de la destrucción.


At pater Aeneas casu concussus acerbo 700
nunc huc ingentis, nunc illuc pectore curas
mutabat uersans, Siculisne resideret aruis
oblitus fatorum, Italasne capesseret oras.
Tum senior Nautes, unum Tritonia Pallas
quem docuit multaque insignem reddidit arte— 705
haec responsa dabat, uel quae portenderet ira
magna deum uel quae fatorum posceret ordo;
isque his Aenean solatus uocibus infit:
'Nate dea, quo fata trahunt retrahuntque sequamur;
quidquid erit, superanda omnis fortuna ferendo est. 710
Est tibi Dardanius diuinae stirpis Acestes:
hunc cape consiliis socium et coniunge uolentem,
huic trade amissis superant qui nauibus et quos
pertaesum magni incepti rerumque tuarum est.
Longaeuosque senes ac fessas aequore matres 715
et quidquid tecum inualidum metuensque pericli est
delige, et his habeant terris sine moenia fessi;
urbem appellabunt permisso nomine Acestam.'

Y el padre Eneas, conmocionado por la acerba desgracia, 700

dando vueltas en su pecho, ahora a un lado, ahora a otro, a ingentes preocupaciones,
dudaba
si quedarse en los campos sículos,

olvidándose de sus hados, o alcanzar las costas ítalas.
Entonces el anciano Nautes, el único al que la Tritonia Palas
instruyó e hizo insigne por su mucha habilidad, 705
estas respuestas daba, que bien anunciaba la gran
ira de los dioses, que bien pedía el orden de los hados;
y este comienza consolando a Eneas con estas palabras:
«Nacido de diosa, por donde los hados nos llevan y nos traen sigamos;
sea lo que sea, toda fortuna debe ser superada sufriendo. 710

Tienes al dardanio Acestes de divina estirpe:
tómalo como compañero gustoso de tus planes y únelo a ti,
entrégale los que sobran de las naves perdidas y los que
se han hastiado de tu gran empresa y de tus cosas.
Y a los longevos ancianos y a las madres cansadas de mar 715
y a todos los débiles y a los que temen el peligro
sepáralos y permite que en estas tierras tengan, cansados, sus murallas;
llamarán a su ciudad, si así lo permites, con el nombre de Acesta.»


Talibus incensus dictis senioris amici
tum uero in curas animo diducitur omnis; 720
et Nox atra polum bigis subuecta tenebat.
Visa dehinc caelo facies delapsa parentis
Anchisae subito talis effundere uoces:
'Nate, mihi uita quondam, dum uita manebat,
care magis, nate Iliacis exercite fatis, 725
imperio Iouis huc uenio, qui classibus ignem
depulit, et caelo tandem miseratus ab alto est.
Consiliis pare quae nunc pulcherrima Nautes
dat senior; lectos iuuenes, fortissima corda,
defer in Italiam. Gens dura atque aspera cultu 730
debellanda tibi Latio est. Ditis tamen ante
infernas accede domos et Auerna per alta
congressus pete, nate, meos. Non me impia namque
Tartara habent, tristes umbrae, sed amoena piorum
concilia Elysiumque colo. Huc casta Sibylla 735
nigrarum multo pecudum te sanguine ducet.
Tum genus omne tuum et quae dentur moenia disces.
Iamque uale; torquet medios Nox umida cursus
et me saeuus equis Oriens adflauit anhelis.'

Animado por tales dichos de su anciano amigo,

atiende, sin embargo, en su ánimo a todas sus preocupaciones; 720
y la negra Noche llevada en su biga ocupaba el polo.
Luego, bajando del cielo, se le apareció la imagen de su padre
Anquises de repente para infundirle palabras de tal clase:
«Hijo más querido para mí en otro tiempo que la vida, mientras la vida
permanecía, hijo atormentado por los hados de Ilión, 725
aquí vengo por orden de Júpiter, que apartó el fuego
de tus naves y, finalmente, se compadeció desde el alto cielo.
Obedece a los consejos que ahora te da hermosísimos
el anciano Nautes; selectos jóvenes, fortísimos corazoneslleva a Italia. Tendrás que pelear en el Lacio 730
con un pueblo duro y de áspera cultura. Antes, sin embargo, accede
a las mansiones infernales de Dite y por el profundo Averno
avanzando dirígete, hijo, hacia mí. No me tiene, en efecto, el impío
Tártaro, las tristes sombras, sino que frecuento los amenos
concilios de los píos y el Elisio. Aquí la casta Sibila 735
te guiará con mucha sangre de negros animales.
Entonces aprenderás todo tu linaje y qué murallas se te dan.
Y ya, adiós; dobla la mitad de su curso la húmeda Noche
y el cruel Oriente me ha soplado con sus jadeantes caballos.»


Dixerat et tenuis fugit ceu fumus in auras. 740
Aeneas 'quo deinde ruis? quo proripis?' inquit,
'Quem fugis? Aut quis te nostris complexibus arcet?'
Haec memorans cinerem et sopitos suscitat ignis,
Pergameumque Larem et canae penetralia Vestae
farre pio et plena supplex ueneratur acerra. 745
Extemplo socios primumque accersit Acesten
et Iouis imperium et cari praecepta parentis
edocet et quae nunc animo sententia constet.
Haud mora consiliis, nec iussa recusat Acestes:
transcribunt urbi matres populumque uolentem 750
deponunt, animos nil magnae laudis egentis.
Ipsi transtra nouant flammisque ambesa reponunt
robora nauigiis, aptant remosque rudentisque,
exigui numero, sed bello uiuida uirtus.

Había dicho y, tenue como humo, escapó a las auras. 740

Eneas dice: «¿A dónde corres ahora? ¿A dónde te me escapas?
¿De quién huyes? o ¿quién te aleja de mis abrazos?»
Recordando estas cosas aviva la ceniza y los fuegos dormidos,
y el Lar de Pérgamo y los sagrarios de la canosa Vesta
venera suplicante con harina piadosa y un incensario lleno. 745
Inmediatamente a los compañeros convoca y a Acestes el primero
y la orden de Júpiter y los preceptos de su querido padre
les enseña y la sentencia que ahora existe en su ánimo.
No hay tardanza para los planes ni rehúsa las órdenes Acestes:
pasan las madres a la ciudad y dejan a la gente 750
que lo quiere, corazones que no necesitan grandes glorias.
Ellos mismos renuevan los bancos y reponen en los navíos
los robles devorados por las llamas, disponen los remos y jarcias,
pocos en número, pero su valor en la guerra enérgico.


Interea Aeneas urbem designat aratro 755
sortiturque domos; hoc Ilium et haec loca Troiam
esse iubet. Gaudet regno Troianus Acestes
indicitque forum et patribus dat iura uocatis.
Tum uicina astris Erycino in uertice sedes
fundatur Veneri Idaliae, tumuloque sacerdos 760
ac lucus late sacer additus Anchiseo.
Iamque dies epulata nouem gens omnis, et aris
factus honos: placidi strauerunt aequora uenti
creber et aspirans rursus uocat Auster in altum.
Exoritur procurua ingens per litora fletus; 765
complexi inter se noctemque diemque morantur.

Entretanto, Eneas traza la ciudad con el arado 755

y sortea las casas; ordena que esto sea Ilión y que estos lugares,
Troya. Se alegra con el reino el troyano Acestes

y señala el foro y da leyes a los padres convocados.
Luego, vecina a los astros, en la cumbre del monte Erix se funda la sede
de Venus Idalia y se añadió un sacerdote 760
consagrado al túmulo de Anquises y un extenso bosque.
Y ya todo el pueblo había celebrado un banquete de nueve días y hecho
el honor a los altares: plácidos vientos el mar allanaron
y soplando abundantemente a alta mar llama de nuevo el Austro.
Surge un ingente llanto por las curvadas playas; 765
abrazándose entre ellos dejan pasar la noche y el día.


Ipsae iam matres, ipsi, quibus aspera quondam
uisa maris facies et non tolerabile numen,
ire uolunt omnemque fugae perferre laborem.
Quos bonus Aeneas dictis solatur amicis 770
et consanguineo lacrimans commendat Acestae.
Tris Eryci uitulos et Tempestatibus agnam
caedere deinde iubet soluique ex ordine funem.
Ipse caput tonsae foliis euinctus oliuae
stans procul in prora pateram tenet, extaque salsos 775
proicit in fluctus ac uina liquentia fundit.
Certatim socii feriunt mare et aequora uerrunt;
prosequitur surgens a puppi uentus euntis.

Ya las mismas madres, aquellos mismos, a los que hace poco áspera

pareció la cara del mar y no tolerable su numen,
irse quieren y soportar todo el esfuerzo del camino.
El buen Eneas los consuela con palabras amigas 770
y llorando los encomienda a su pariente Acestes.
Tres terneros a Érice y una cordera a las Tempestades
ordena sacrificar y luego que las amarras se suelten por orden.
Él mismo, con la cabeza ceñida por hojas de olivo cortado,
estando de pie lejos en la proa, sostiene la pátera, y las entrañas arroja 775
a las olas saladas y derrama líquidos vinos.
Con empeño los compañeros hieren el mar y surcan sus aguas;
un viento que surge de popa acompaña a los que se van;



At Venus interea Neptunum exercita curis
adloquitur talisque effundit pectore questus: 780
'Iunonis grauis ira neque exsaturabile pectus
cogunt me, Neptune, preces descendere in omnis;
quam nec longa dies pietas nec mitigat ulla,
nec Iouis imperio fatisque infracta quiescit.
Non media de gente Phrygum exedisse nefandis 785
urbem odiis satis est nec poenam traxe per omnem
reliquias Troiae: cineres atque ossa peremptae
insequitur. Causas tanti sciat illa furoris.
Ipse mihi nuper Libycis tu testis in undis
quam molem subito excierit: maria omnia caelo 790
miscuit Aeoliis nequiquam freta procellis,
in regnis hoc ausa tuis.
Per scelus ecce etiam Troianis matribus actis
exussit foede puppis et classe subegit
amissa socios ignotae linquere terrae. 795
Quod superest, oro, liceat dare tuta per undas
uela tibi, liceat Laurentem attingere Thybrim,
si concessa peto, si dant ea moenia Parcae.'

Mas Venus, entretanto, atormentada por sus preocupaciones a Neptuno

habla y saca de su pecho tales quejas: 780
«La grave ira de Juno y su pecho insaciable
me obligan, Neptuno, a recurrir a todas las preces;
ni el largo día ni piedad alguna la calman,
ni descansa abatida por el poder de Júpiter y los hados.
No le es bastante haber arrancado de en medio de su pueblo con nefandos 785
odios a la ciudad de los frigios ni haber arrastrado por todo castigolos restos de Troya: destruida, sus cenizas y huesos
persigue. Ella sabrá las causas de tan gran locura.
Tú mismo fuiste mi testigo hace poco en las aguas líbicas
de qué agitación provocó súbitamente: mezcló todos los mares 790
con el cielo, confiada en vano en las tormentas de Eolo,
a esto se atrevió en tus propios reinos.
He aquí que, también, llevadas al crimen las madres troyanas,
quemó vergonzosamente las popas y, destruida la flota,
los obligó a dejar a compañeros en una tierra desconocida. 795
En lo que resta, te lo suplico, que se les permita darte velas seguras
por las olas, que se les permita tocar el Tíber laurente,
si pido cosas concedidas, si las Parcas les dan estas murallas.»


Tum Saturnius haec domitor maris edidit alti:
'Fas omne est, Cytherea, meis te fidere regnis, 800
unde genus ducis. Merui quoque; saepe furores
compressi et rabiem tantam caelique marisque.
Nec minor in terris, Xanthum Simoentaque testor,
Aeneae mihi cura tui. Cum Troia Achilles
exanimata sequens impingeret agmina muris, 805
milia multa daret leto, gemerentque repleti
amnes nec reperire uiam atque euoluere posset
in mare se Xanthus, Pelidae tunc ego forti
congressum Aenean nec dis nec uiribus aequis
nube caua rapui, cuperem cum uertere ab imo 810
structa meis manibus periurae moenia Troiae.
Nunc quoque mens eadem perstat mihi; pelle timores.
Tutus, quos optas, portus accedet Auerni.
Vnus erit tantum amissum quem gurgite quaeres;
unum pro multis dabitur caput.' 815

Entonces el Saturnio dominador del profundo mar dijo estas cosas:

«Es todo justo, Citerea, que tú confíes en mis reinos, 800
de donde proviene tu linaje. También lo merezco; a menudo furores
he reprimido y rabia tan grande del cielo y del mar.
Y no ha sido preocupación menor para mí en las tierras,
pongo por testigos al Janto y al Simunte, tu Eneas. Cuando Aquiles
persiguiendo a los exánimes ejércitos troyanos los
empujaba contra los muros, 805

muchos miles daba a la muerte y gemían repletos
los ríos y no podía el Janto encontrar su camino ni rodar
hacia el mar, entonces yo en una nube hueca

rapté a Eneas que iba a combatir con dioses y fuerzas desiguales
contra el valiente Pelida, aunque deseara arrancar de sus cimientos 810
las murallas de la perjura Troya levantadas con mis propias manos.
También ahora este mismo pensamiento persiste en mí; aleja tus temores.
Llegará seguro a los puertos del Averno que deseas.
Tan sólo uno habrá al que busques perdido en el mar;
una sola cabeza será dada por muchos.» 815


His ubi laeta deae permulsit pectora dictis,
iungit equos auro genitor, spumantiaque addit
frena feris manibusque omnis effundit habenas.
Caeruleo per summa leuis uolat aequora curru;
subsidunt undae tumidumque sub axe tonanti 820
sternitur aequor aquis, fugiunt uasto aethere nimbi.
Tum uariae comitum facies, immania cete,
et senior Glauci chorus Inousque Palaemon
Tritonesque citi Phorcique exercitus omnis;
laeua tenet Thetis et Melite Panopeaque uirgo, 825
Nisaee Spioque Thaliaque Cymodoceque.

Cuando calmó el alegre pecho de la diosa con estos dichos,

unce el padre sus caballos con oro y coloca espumantesfrenos a las fieras y afloja de sus manos todas las riendas.
Por encima de las aguas vuela ligero en su carro cerúleo;
amainan las olas y bajo el eje tonante el mar hinchado 820
por las aguas se calma, huyen los nimbos del vasto éter.
Entonces [surgen] las figuras variadas de sus acompañantes, inmensos cetáceos,
y el viejo coro de Glauco y Palemón de Ino
y los rápidos Tritones y todo el ejército de Forco;
la izquierda la tienen Tetis y Mélite y la virgen Panopea, 825
Nisea y Espio y Talía y Cimódoce.


Hic patris Aeneae suspensam blanda uicissim
gaudia pertemptant mentem; iubet ocius omnis
attolli malos, intendi bracchia uelis.
Vna omnes fecere pedem pariterque sinistros, 830
nunc dextros soluere sinus; una ardua torquent
cornua detorquentque; ferunt sua flamina classem.
Princeps ante omnis densum Palinurus agebat
agmen; ad hunc alii cursum contendere iussi.

Entonces dulces alegrías inundan de nuevo la mente

en suspenso del padre Eneas; ordena rápidamente que todos
los mástiles se levanten y que se desplieguen las velas en las entenas.
Todos a una hicieron la maniobra y a la vez soltaron las lonas izquierdas, 830
luego las derechas; a una tuercen y retuercen
los altísimos cabos; las brisas conducen la flota.
Palinuro, el primero ante que todos, guiaba el numeroso
ejército; se ordenó que los otros siguieran este rumbo.


Iamque fere mediam caeli Nox umida metam 835
contigerat, placida laxabant membra quiete
sub remis fusi per dura sedilia nautae,
cum leuis aetheriis delapsus Somnus ab astris
aera dimouit tenebrosum et dispulit umbras,
te, Palinure, petens, tibi somnia tristia portans 840
insonti; puppique deus consedit in alta
Phorbanti similis funditque has ore loquelas:
'Iaside Palinure, ferunt ipsa aequora classem,
aequatae spirant aurae, datur hora quieti.
Pone caput fessosque oculos furare labori. 845
Ipse ego paulisper pro te tua munera inibo.'

Y ya casi la meta del centro del cielo la Noche húmeda 835

había alcanzado, con plácida quietud relajaban sus miembros
echados bajo los remos los marineros por los duros asientos,
cuando deslizándose de los astros etéreos el Sueño ligero
apartó el aire tenebroso y dispersó las sombras
dirigiéndose a ti, Palinuro, llevándote a ti tristes sueños, 840
inocente; y se sentó el dios en la alta popa
parecido a Forbante y derrama de su boca estas palabras:
«Yásida Palinuro, las mismas aguas llevan la flota,
soplan brisas iguales, se presenta la hora para tu descanso.
Baja la cabeza y aparta del trabajo tus ojos cansados. 845
Por un rato yo mismo cumpliré por ti tu tarea.»


Cui uix attollens Palinurus lumina fatur:
'Mene salis placidi uultum fluctusque quietos
ignorare iubes? mene huic confidere monstro?
Aenean credam (quid enim?) fallacibus auris 850
et caeli totiens deceptus fraude sereni?'
Talia dicta dabat, clauumque adfixus et haerens
nusquam amittebat oculosque sub astra tenebat.
Ecce deus ramum Lethaeo rore madentem
uique soporatum Stygia super utraque quassat 855
tempora, cunctantique natantia lumina soluit.
Vix primos inopina quies laxauerat artus,
et super incumbens cum puppis parte reuulsa
cumque gubernaclo liquidas proiecit in undas
praecipitem ac socios nequiquam saepe uocantem; 860
ipse uolans tenuis se sustulit ales ad auras.

Apenas levantando hacia él sus ojos, Palinuro dice:

«¿Me ordenas que ignore el rostro del plácido mar
y las quietas olas? ¿Que yo confíe, acaso, en este monstruo?
¿Entregaré a Eneas (¿qué si no?) a las falaces auras, 850
incluso habiendo sido burlado tantas veces por el engaño de un cielo sereno?»
Tales dichos daba y clavado y agarrando el timón
nunca lo soltaba y mantenía los ojos en las estrellas.
Mas he aquí que el dios con una rama empapada con rocío del Leteo
y con la fuerza soporífera de la Estigia golpea ambas 855
sienes, y cerró los ojos vacilantes del que titubeaba.
Apenas una inesperada quietud había relajado sus articulaciones,
y, cayéndole encima, con una parte arrancada de la popa
y con el timón, cayó a las líquidas aguas
de cabeza y llamando en vano repetidamente a sus compañeros; 860
el mismo [dios] volando se sostuvo como un ave en las tenues auras.


Currit iter tutum non setius aequore classis
promissisque patris Neptuni interrita fertur.
Iamque adeo scopulos Sirenum aduecta subibat,
difficilis quondam multorumque ossibus albos 865
(tum rauca adsiduo longe sale saxa sonabant),
cum pater amisso fluitantem errare magistro
sensit, et ipse ratem nocturnis rexit in undis
multa gemens casuque animum concussus amici:
'O nimium caelo et pelago confise sereno, 870
nudus in ignota, Palinure, iacebis harena!'

Recorre, sin embargo, la flota por el mar su seguro camino

y es llevada impertérrita por las promesas del padre Neptuno.
Y ya se acercaba arrastrada a los escollos de las Sirenas,
en otro tiempo difíciles y blancos por los huesos de muchos 865
(resonaban entonces las broncas rocas con la continua resaca),
cuando se dio cuenta el padre que la nave derivaba,
perdido su piloto, y él mismo la gobernó en las nocturnas olas
mucho gimiendo y con el ánimo golpeado por la pérdida del amigo:
«¡Oh, demasiado confiado en el cielo y el piélago sereno, 870
Palinuro, desnudo yacerás sobre una arena desconocida!»