Tum ualidis flexos incuruant uiribus arcus 500
pro se quisque uiri et depromunt tela pharetris,
primaque per caelum neruo stridente sagitta
Hyrtacidae iuuenis uolucris diuerberat auras,
et uenit aduersique infigitur arbore mali.
Intremuit malus micuitque exterrita pennis 505
ales, et ingenti sonuerunt omnia plausu.
Post acer Mnestheus adducto constitit arcu
alta petens, pariterque oculos telumque tetendit.
Ast ipsam miserandus auem contingere ferro
non ualuit; nodos et uincula linea rupit 510
quis innexa pedem malo pendebat ab alto;
illa Notos atque atra uolans in nubila fugit.
Tum rapidus, iamdudum arcu contenta parato
tela tenens, fratrem Eurytion in uota uocauit,
iam uacuo laetam caelo speculatus et alis 515
plaudentem nigra figit sub nube columbam.
Decidit exanimis uitamque reliquit in astris
aetheriis fixamque refert delapsa sagittam.
Entonces los hombres con fuerzas poderosas curvan los doblados arcos 500
cada uno por sí mismo y sacan los dardos de las aljabas,
y, vibrando la cuerda, por el cielo la primera flecha
del joven Hirtácida azota las auras voladora,
y llega y se clava en el árbol del mástil que estaba enfrente.
Tembló el mástil y asustada se agitó con sus alas 505
el ave, y todo resonó con ingente aplauso.
Después, el fiero Mnesteo se plantó, tensado el arco,
apuntando hacia arriba, y a la vez lanzó el ojo y la flecha.
Pero, pobre de él, no pudo alcanzar al ave misma
con su flecha; rompió los nudos y las cuerdas de lino 510
con las que estaba colgada por una pata de lo alto del mástil;
aquella volando escapa a los Notos y a las negras nubes.
Entonces, preparado el arco hace ya tiempo, teniendo
la flecha retenida, Euritión, rápido, invocó con votos a su hermano,
avistándola ya alegre en el cielo libre y agitando 515
sus alas, atraviesa a la paloma bajo una negra nube.
Cayó exánime y dejó la vida entre los astros
etéreos y devuelve, abatida, la flecha clavada.
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