Liber IV, 529-542

At non infelix animi Phoenissa, neque umquam 529
soluitur in somnos oculisue aut pectore noctem 530
accipit: ingeminant curae rursusque resurgens
saeuit amor magnoque irarum fluctuat aestu.
Sic adeo insistit secumque ita corde uolutat:
'En, quid ago? rursusne procos inrisa priores
experiar, Nomadumque petam conubia supplex, 535
quos ego sim totiens iam dedignata maritos?
Iliacas igitur classis atque ultima Teucrum
iussa sequar? Quiane auxilio iuuat ante leuatos
et bene apud memores ueteris stat gratia facti?
Quis me autem, fac uelle, sinet ratibusue superbis 540
inuisam accipiet? Nescis heu, perdita, necdum
Laomedonteae sentis periuria gentis?

Pero no la fenicia infeliz de corazón, ni en ningún momento 529
se abandona a los sueños o acoge en sus ojos o en su pecho 530
a la noche: se redoblan sus penas y resurgiendo de nuevo
amor la enfurece y fluctúa en gran oleaje de iras.
Así aun más insiste y de esta manera da vueltas consigo en su corazón:
«¿Ay, qué hago? ¿De nuevo he de servir de burla a mis antiguos
pretendientes y buscaré
suplicante un matrimonio de númidas, 535
a quienes yo tantas veces ya desdeñé como maridos?
¿He de seguir, pues, a la flota ilíaca y las últimas
órdenes de los teucros? ¿Acaso porque antes les proporcioné ayuda debilitados
y  entre los que bien se acuerdan de este antiguo hecho se mantiene el agradecimiento?
En cambio,
¿quién, si así lo quisiera, me lo permitirá y odiosa 540
me aceptará en sus naves soberbias? ¿No sabes, ay, pobre de ti,
y no conoces todavía los perjurios del pueblo de Laomedonte?

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