Liber II, 413-430

Tum Danai gemitu atque ereptae uirginis ira
undique collecti inuadunt, acerrimus Aiax
et gemini Atridae Dolopumque exercitus omnis: 415
aduersi rupto ceu quondam turbine uenti
confligunt, Zephyrusque Notusque et laetus Eois
Eurus equis; stridunt siluae saeuitque tridenti
spumeus atque imo Nereus ciet aequora fundo.
Illi etiam, si quos obscura nocte per umbram 420
fudimus insidiis totaque agitauimus urbe,
apparent; primi clipeos mentitaque tela
agnoscunt atque ora sono discordia signant.
Ilicet obruimur numero, primusque Coroebus
Penelei dextra diuae armipotentis ad aram 425
procumbit; cadit et Rhipeus, iustissimus unus
qui fuit in Teucris et seruantissimus aequi
(dis aliter uisum); pereunt Hypanisque Dymasque
confixi a sociis; nec te tua plurima, Panthu,
labentem pietas nec Apollinis infula texit. 430

Después, los dánaos con gritos y con la ira por la doncella arrebatada
por todos lados, reunidos, nos invaden, el acérrimo Áyax
y los gemelos atridas y todo el ejército de los dólopes: 415
como cuando vientos adversos en quebrado remolino
chocan, el Céfiro y el Noto y el alegre Euro
con sus orientales caballos; gritan los bosques y se enfurece con su tridente
el espumoso Nereo y sacude desde el fondo profundo los mares.
También aquellos, a los que en la oscura noche a través de la sombra 420
dispersamos con emboscadas y perseguimos por toda la ciudad,
aparecen; reconocen, los primeros, los escudos y las flechas de mentira
y señalan las voces discordantes
por el sonido.
Al punto somos aplastados por su número y el primero Corebo
por la diestra de Penéleo junto al altar de la diosa armipotente 425
cayó; cae también Ripeo, el más justo
que hubo entre los teucros y el más observador de la equidad
(
a los dioses de otra manera les pareció); perecen Hípanis y Dimante
atravesados por sus compañeros; y a ti, Panto, ni tu muchísima piedad
ni la ínfula de Apolo te protegieron cuando caías. 430

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