Liber I, 254-266

Olli subridens hominum sator atque deorum,
uoltu, quo caelum tempestatesque serenat, 255
oscula libauit natae, dehinc talia fatur:
'Parce metu, Cytherea: manent immota tuorum
fata tibi; cernes urbem et promissa Lauini
moenia, sublimemque feres ad sidera caeli
magnanimum Aenean; neque me sententia uertit. 260
Hic tibi (fabor enim, quando haec te cura remordet,
longius et uoluens fatorum arcana mouebo)
bellum ingens geret Italia, populosque feroces
contundet, moresque uiris et moenia ponet,
tertia dum Latio regnantem uiderit aestas, 265
ternaque transierint Rutulis hiberna subactis.

Sonriéndole el sembrador de hombres y dioses,
con su rostro, que serena el cielo y las tempestades, 255
dio besos a su hija; luego le dice cosas de esta clase:
"Ahórrate ese miedo, Citerea; los Hados de los tuyos permanecen inmutables
para ti; verás la ciudad y las prometidas murallas de Lavinio
y llevarás por el aire hasta los astros del cielo
al magnánimo Eneas; y no me cambió ninguna opinión. 260
Éste (te lo confesaré, en efecto, puesto que esta preocupación te atormenta,
y te descubriré, revolviendo bastante lejos, los misterios de los Hados)
te hará una ingente guerra en Italia y aniquilará sus feroces pueblos
y pondrá leyes y murallas a sus hombres,
hasta que el tercer verano lo haya visto reinando en el Lacio 265
y hayan pasado tres inviernos con los rútulos sometidos.

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