Liber I, 124-141

Interea magno misceri murmure pontum,
emissamque hiemem sensit Neptunus, et imis 125
stagna refusa uadis, grauiter commotus; et alto
prospiciens, summa placidum caput extulit unda.
Disiectam Aeneae, toto uidet aequore classem,
fluctibus oppressos Troas caelique ruina,
nec latuere doli fratrem Iunonis et irae. 130
Eurum ad se Zephyrumque uocat, dehinc talia fatur:

Entretanto Neptuno se dio cuenta de que el mar
se agitaba con gran murmullo y de que la tempestad se había echado fuera 125
y de que las lagunas se habían vertido en los más profundos vados, gravemente conmovido;
y mirando a lo alto, sacó su plácida cabeza por encima del agua.
Ve la flota de Eneas esparcida por todo el mar,
a los Troyanos aplastados por las olas y por el derrumbe del cielo,
y no se ocultaron al hermano de Juno los engaños y las iras de ésta. 130
Llama ante sí al Euro y al Céfiro, luego les dice tales cosas:

'Tantane uos generis tenuit fiducia uestri?
Iam caelum terramque meo sine numine, uenti,
miscere, et tantas audetis tollere moles?
Quos ego—sed motos praestat componere fluctus. 135
Post mihi non simili poena commissa luetis.
Maturate fugam, regique haec dicite uestro:
non illi imperium pelagi saeuumque tridentem,
sed mihi sorte datum. Tenet ille immania saxa,
uestras, Eure, domos; illa se iactet in aula 140
Aeolus, et clauso uentorum carcere regnet.'

"¿Acaso tan gran confianza en vuestro linaje se apoderó de vosotros?
¿Ya os atrevéis, vientos, sin mi numen a mezclar cielo y tierra
y a levantar tan grandes moles?
A estos yo... Mas es preferible apaciguar las removidas olas. 135
Después me pagaréis las faltas cometidas con una pena no similar.
Apresurad la huida y decid a vuestro rey estas cosas:
que no a él, sino a mí, se dio por suerte el imperio del mar y el terrible tridente.
Él domina rocas desmesuradas,
Euro, vuestras casas;
jáctese Eolo en aquel palacio 140
y reine en la cerrada cárcel de los vientos."

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