Liber V, 315-330

Haec ubi dicta, locum capiunt signoque repente 315
corripiunt spatia audito limenque relinquunt,
effusi nimbo similes. Simul ultima signant,
primus abit longeque ante omnia corpora Nisus
emicat et uentis et fulminis ocior alis;
proximus huic, longo sed proximus interuallo, 320
insequitur Salius; spatio post deinde relicto
tertius Euryalus;
Euryalumque Helymus sequitur; quo deinde sub ipso
ecce uolat calcemque terit iam calce Diores
incumbens umero, spatia et si plura supersint 325
transeat elapsus prior ambiguumque relinquat.
Iamque fere spatio extremo fessique sub ipsam
finem aduentabant, leui cum sanguine Nisus
labitur infelix, caesis ut forte iuuencis
fusus humum uiridisque super madefecerat herbas. 330

Luego que se dijeron estas cosas, ocupan su lugar y, oída de repente 315
la señal, devoran el espacio y dejan la salida,
desparramándose semejantes a nimbos. A la vez divisan la meta,
marcha primero Niso y con mucho sobre los otros cuerpos
destaca más rápido que los vientos y las alas del rayo;
próximo a este, pero próximo a un largo intervalo, 320
le sigue Salio; después, dejado un espacio detrás,
el tercero Euríalo;
y a Euríalo lo sigue Hélimo; luego, detrás de este mismo,
he aquí que vuela Diores y ya le va pisando los talones
empujándole con el hombro, y si hubiera más distancia 325
se escaparía deslizándose primero y lo dejaría inseguro.
Y ya casi en el tramo final y cansados se aproximaban
a la propia meta, cuando el desgraciado Niso resbala
en una poca sangre que, inmolados unos novillos, por casualidad
había caído al suelo y empapado las verdes hierbas por encima. 330

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