Ille inter nauemque Gyae scopulosque sonantis
radit iter laeuum interior subitoque priorem 170
praeterit et metis tenet aequora tuta relictis.
Tum uero exarsit iuueni dolor ossibus ingens
nec lacrimis caruere genae, segnemque Menoeten
oblitus decorisque sui sociumque salutis
in mare praecipitem puppi deturbat ab alta; 175
ipse gubernaclo rector subit, ipse magister
hortaturque uiros clauumque ad litora torquet.
At grauis ut fundo uix tandem redditus imo est
iam senior madidaque fluens in ueste Menoetes
summa petit scopuli siccaque in rupe resedit. 180
Illum et labentem Teucri et risere natantem
et salsos rident reuomentem pectore fluctus.
Aquel entre la nave de Gías y los escollos resonantes
costea el camino izquierdo por dentro y súbitamente al primero 170
pasa y, dejada atrás la meta, ocupa aguas tranquilas.
Entonces, en verdad, un ingente dolor surgió en los huesos del joven
y carecieron de lágrimas sus mejillas, y al cobarde Menetes,
olvidándose de su propio decoro y de la seguridad de sus compañeros,
lo arroja al mar de cabeza desde la alta popa; 175
él mismo se pone como rector de la dirección, él mismo como piloto
exhorta a sus hombres y dirige el timón hacia la costa.
Por su lado, Menetes cuando apenas logró salir de la profunda hondura,
pesado y ya anciano y chorreando con la ropa empapada,
busca lo alto del escollo y se sienta en una roca seca. 180
De él cayendo y nadando se rieron los teucros,
y se ríen al vomitar de su pecho agua salada.
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