Liber IV, 90-104

Quam simul ac tali persensit peste teneri 90
cara Iouis coniunx nec famam obstare furori,
talibus adgreditur Venerem Saturnia dictis:
'Egregiam uero laudem et spolia ampla refertis
tuque puerque tuus (magnum et memorabile numen),
una dolo diuum si femina uicta duorum est. 95
Nec me adeo fallit ueritam te moenia nostra
suspectas habuisse domos Karthaginis altae.
Sed quis erit modus, aut quo nunc certamine tanto?
Quin potius pacem aeternam pactosque hymenaeos
exercemus? Habes tota quod mente petisti: 100
ardet amans Dido traxitque per ossa furorem.
Communem hunc ergo populum paribusque regamus
auspiciis; liceat Phrygio seruire marito
dotalisque tuae Tyrios permittere dextrae.' 


Tan pronto como se dio cuenta de que era poseída por tal enfermedad, 90
la querida esposa de Júpiter, y que la fama no sería un obstáculo a su locura,
se acerca a
la Saturnia Venus con estas palabras:
«Egregia, en verdad, alabanza y amplio botín sacáis
tú y tu hijo (gran y memorable numen),
si una sola mujer es vencida por el engaño de dos dioses. 95
Y, además, no se me escapa que tú, temiendo nuestras murallas,
has tenido las casas de la alta Cartago como peligrosas.
Pero, ¿cuál será la medida, o a dónde vamos ahora con tan gran disputa?
¿Por qué no, mejor, paz eterna y
pactados himeneos
practicamos? Tienes lo que pediste con toda tu mente: 100
arde amando Dido y contrajo por sus huesos la locura.
Este
pueblo común, pues, rijamos y con iguales
auspicios; permítasele servir a marido frigio
y sean confiados a tu diestra
como dote los tirios.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario