Liber IV, 129-142

Oceanum interea surgens Aurora reliquit.
It portis iubare exorto delecta iuuentus, 130
retia rara, plagae, lato uenabula ferro,
Massylique ruunt equites et odora canum uis.
Reginam thalamo cunctantem ad limina primi
Poenorum exspectant, ostroque insignis et auro
stat sonipes ac frena ferox spumantia mandit. 135
Tandem progreditur magna stipante caterua
Sidoniam picto chlamydem circumdata limbo;
cui pharetra ex auro, crines nodantur in aurum,
aurea purpuream subnectit fibula uestem.
Nec non et Phrygii comites et laetus Iulus 140
incedunt. Ipse ante alios pulcherrimus omnis
infert se socium Aeneas atque agmina iungit.

Al Océano, entretanto, la Aurora surgiendo dejó.
Sale
por las puertas, nacido el sol, la selecta juventud, 130
redes de malla ancha, trampas, venablos de ancho hierro,
y corren los jinetes masilos y fuerza olfativa de los perros.

A la reina, que se detiene en el tálamo,
junto al umbral los principales
de los púnicos esperan, e insigne por la púrpura y el oro
está su caballo y, feroz, las espumantes riendas muerde. 135
Finalmente, avanza, acompañándola una gran multitud,
vestida con una clámide sidonia con pintada orla;
tiene de oro el carcaj, en oro se anudan sus cabellos,
y una fíbula dorada sujeta su vestido púrpura.
Y también los compañeros frigios
y el alegre Julo 140
avanzan. Antes que los otros, más hermoso que todos,
el propio Eneas se le ofrece como acompañante y une las comitivas.

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