Liber III, 356-368

Iamque dies alterque dies processit, et aurae
uela uocant tumidoque inflatur carbasus Austro:
his uatem adgredior dictis ac talia quaeso:
'Troiugena, interpres diuum, qui numina Phoebi,
qui tripodas Clarii et laurus, qui sidera sentis 360
et uolucrum linguas et praepetis omina pennae,
fare age (namque omnis cursum mihi prospera dixit
religio, et cuncti suaserunt numine diui
Italiam petere et terras temptare repostas;
sola nouum dictuque nefas Harpyia Celaeno 365
prodigium canit et tristis denuntiat iras
obscenamque famem), quae prima pericula uito?
Quidue sequens tantos possim superare labores?'


Y ya un día y otro día pasó, y las brisas
llaman a las velas y se hincha el lino con el túmido Austro.
Con estas palabras me acerco al vate y cosas de tal clase le pregunto:
“Hijo de Troya, intérprete de los dioses, que los númina de Febo,
que los trípodes del Clario y su laurel, que las estrellas sientes 360
y las lenguas de las aves y los presagios de sus plumas favorables,
habla, ea (pues todas las señales divinas favorables se mostraron
a mi camino y los dioses todos me persuadieron con su numen
a dirigirme a Italia y probar tierras remotas;
sólo la Harpía Celeno un prodigio nuevo y que no está permitido decir 365
nos canta y anuncia tristes iras
y un hambre sucia), ¿qué peligros evito primero?
o ¿Buscando qué podría yo superar esfuerzos tan grandes?”


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