Liber II, 547-558

Cui Pyrrhus: 'Referes ergo haec et nuntius ibis
Pelidae genitori. Illi mea tristia facta
degeneremque Neoptolemum narrare memento.
Nunc morere.' Hoc dicens altaria ad ipsa trementem 550
traxit et in multo lapsantem sanguine nati,
implicuitque comam laeua, dextraque coruscum
extulit ac lateri capulo tenus abdidit ensem.
Haec finis Priami fatorum, hic exitus illum
sorte tulit Troiam incensam et prolapsa uidentem 555
Pergama, tot quondam populis terrisque superbum
regnatorem Asiae. Iacet ingens litore truncus,
auulsumque umeris caput et sine nomine corpus.

A éste Pirro: “Llevarás, pues, estas cosas y serás mi mensajero
ante el Pelida, mi padre. A aquel sobre mis tristes hechos
y sobre el
degenerado Neoptólemo acuérdate de hablarle.
Ahora, muere.” Diciendo esto, hasta el mismo altar al que estaba temblando 550
y resbalando en la mucha sangre de su hijo arrastró,
y con la izquierda cogió su cabello, con la diestra
sacó su espada brillante y la hundió en el costado hasta la empuñadura.
Éste fue el fin de los hados de Príamo, esta muerte
le cayó en suerte al que estaba viendo Troya incendiada y arruinada 555
Pérgamo, en otro tiempo soberbio rey de tantos pueblos y tierras
de Asia. Yace su ingente tronco en la playa,
y
su cabeza arrancada de los hombros y su cuerpo sin nombre.

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