Liber II, 431-441

Iliaci cineres et flamma extrema meorum,
testor, in occasu uestro nec tela nec ullas
uitauisse uices, Danaum et, si fata fuissent
ut caderem, meruisse manu. Diuellimur inde,
Iphitus et Pelias mecum (quorum Iphitus aeuo 435
iam grauior, Pelias et uulnere tardus Vlixi),
protinus ad sedes Priami clamore uocati.
Hic uero ingentem pugnam, ceu cetera nusquam
bella forent, nulli tota morerentur in urbe,
sic Martem indomitum Danaosque ad tecta ruentis 440
cernimus obsessumque acta testudine limen.

¡Cenizas ilíacas y llama final de los míos,
os pongo
por testigos de que en vuestro ocaso ni flechas ni
vicisitud alguna evité, y
, de que, si los hados hubieran sido
que cayera, lo merecería a manos de los dánaos!
De allí nos separamos,
Ífito y Pelias conmigo (de los cuales Ífito por su edad 435
ya más agobiado y Pelias lento por la herida de Ulises),
sin detenernos a la residencia de Príamo llamados por el clamor.
Aquí verdaderamente vemos una ingente lucha, como si en ningún lugar
hubiera más guerras, como si nadie muriera en toda la ciudad,
así vemos a un indómito Marte y a los dánaos lanzándose hacia la edificación 440
y la puerta asediada por la testudo que se había acercado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario