Liber II, 160-170

Tu modo promissis maneas seruataque serues 160
Troia fidem, si uera feram, si magna rependam.
Omnis spes Danaum et coepti fiducia belli
Palladis auxiliis semper stetit. Impius ex quo
Tydides sed enim scelerumque inuentor Vlixes,
fatale adgressi sacrato auellere templo 165
Palladium caesis summae custodibus arcis,
corripuere sacram effigiem manibusque cruentis
uirgineas ausi diuae contingere uittas,
ex illo fluere ac retro sublapsa referri
spes Danaum, fractae uires, auersa deae mens. 170

Tú, Troya salvada, sólo mantén las promesas y conserva 160
la fidelidad, si digo cosas verdaderas, si doy a cambio cosas grandes.
Toda la esperanza de los Griegos y la confianza en la guerra comenzada
siempre estuvo en la ayuda de Palas. Pero desde que, en efecto, el impío
hijo de Tideo y Ulises, inventor de engaños,
dirigiéndose a arrebatar del sagrado templo al fatal 165
Paladión, muertos los guardianes de la alta ciudadela,
arrebataron la sagrada efigie y con sus manos cruentas
osaron tocar las virginales cintas de la diosa,
a partir de aquello empezó a decaer y se desvaneció
la esperanza de los Dánaos, se quebraron las fuerzas, adversa la mente de la diosa. 170

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