Liber I, 208-222

Talia uoce refert, curisque ingentibus aeger
spem uoltu simulat, premit altum corde dolorem.
Illi se praedae accingunt, dapibusque futuris; 210
tergora deripiunt costis et uiscera nudant;
pars in frusta secant ueribusque trementia figunt;
litore aena locant alii, flammasque ministrant.
Tum uictu reuocant uires, fusique per herbam
implentur ueteris Bacchi pinguisque ferinae. 215
Postquam exempta fames epulis mensaeque remotae,
amissos longo socios sermone requirunt,
spemque metumque inter dubii, seu uiuere credant,
siue extrema pati nec iam exaudire uocatos.
Praecipue pius Aeneas nunc acris Oronti, 220
nunc Amyci casum gemit et crudelia secum
fata Lyci, fortemque Gyan, fortemque Cloanthum.

Cosas de tal clase refiere con su palabra y, angustiado por ingentes preocupaciones,
simula esperanza en su rostro, reprime un profundo dolor en su corazón.
Ellos se dedican al botín y a los manjares futuros; 210
arrancan los lomos de las costillas y muestran las vísceras;
unos los cortan en trozos y los clavan, temblorosos, en los asadores;
otros colocan calderos en la playa y les suministran llamas.
Luego, recobran fuerzas con la comida y diseminados por la hierba
se llenan de viejo Baco y de grasienta carne. 215
Después que se sació el hambre con el banquete y se apartaron las mesas,
echan de menos en una larga conversación a los compañeros perdidos,
indecisos entre la esperanza y el miedo, entre creer que viven
o que soportan las últimas cosas e, invocados, ya no pueden oír.
Principalmente, el pío Eneas lamenta consigo la desgracia ora del fuerte Orontes, 220
ora de Amico y los crueles Hados de Lico,
y al fuerte Gías, y al fuerte Cloanto.

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