Liber I, 142-156

Sic ait, et dicto citius tumida aequora placat,
collectasque fugat nubes, solemque reducit.
Cymothoe simul et Triton adnixus acuto
detrudunt nauis scopulo; leuat ipse tridenti; 145
et uastas aperit syrtis, et temperat aequor,
atque rotis summas leuibus perlabitur undas.
Ac ueluti magno in populo cum saepe coorta est
seditio, saeuitque animis ignobile uolgus,
iamque faces et saxa uolant—furor arma ministrat; 150
tum, pietate grauem ac meritis si forte uirum quem
conspexere, silent, arrectisque auribus adstant;
ille regit dictis animos, et pectora mulcet,—
sic cunctus pelagi cecidit fragor, aequora postquam
prospiciens genitor caeloque inuectus aperto 155
flectit equos, curruque uolans dat lora secundo.

Así habla, y más rápidamente de lo que se dice aplaca los henchidos mares
y ahuyenta las nubes que se habían reunido y hace volver el sol.
Cimótoe y Tritón, esforzándose al mismo tiempo,
desencallan las naves de los agudos escollos; él mismo las levanta con su tridente; 145
y deja al descubierto las vastas Sirtes, y tiempla el mar,
y con sus ligeras ruedas se desliza por la superficie de las olas.
Y como en un gran pueblo, cuando muchas veces estalla una sedición,
y el vulgo innoble se enfurece en sus espíritus,
y ya vuelan las teas y las piedras -- el furor suministra armas; 150
si por casualidad, entonces, ven a un varón importante por su piedad y méritos,
callan y se detienen cerca con sus oídos atentos;
él rige con sus dichos los espíritus y calma sus pechos:
así disminuyó todo el fragor del mar, después que el padre,
mirando a lo lejos mar y yendo por un cielo sereno, 155
da la vuelta a sus caballos y les da riendas, volando con su veloz carro.



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